El nuevo urbanismo dará marcha atrás y abrirá parques donde hoy hay pisos feos o naves envejecidas. La codicia se detendrá, por impotencia, ante el campo y el trozo descuidado de ciudad que se quedó en medio de estudios de detalle y planes parciales. Quedarán laderas con jaramagos que dan sólo color, no dinero, y los árboles centenarios tendrán territorio de conquista para sus raíces.
Así también en la propia vida. Aprenderemos a abrir en la agenda zonas verdes para la pausa no productiva y dejaremos que crezcan flores silvestres en las esquinas y arriates de nuestras tareas. Aprenderemos a señalizar los caminos que no conducen a ninguna parte y recordaremos que entre el trabajo y el hogar existen las plazas públicas: amplias, sin apenas mobiliario urbano, suelo de nadie y para todos, puro espacio para vivir, para saludarse, para sentirse contemporáneos y definitivamente latinos, como éramos antes de la epidemia.
Qué bueno, Miguel. A ver si es verdad.
Ojalá! Pero me da a mí que no. Es más, los economistas más serios (que no son ésos de las tertulias) ya aseguran que el rescate a España vendrá en menos de 12 meses. Y no habrá ni para parques ni para nada.
Así suena la mejor melodía del azar, qué bueno , Miguel, gracias un abrazo
Epidemia o pandemia. Abrazos. Reflexiva entrada. Saludos.
Gracias por tu visita. Besos. 🙂
Bonito blog.
Quizás habría habido que ser mas valientes en el pasado ¿verdad? si se deja escapar a los corruptos, quien lo paga es el ciudadano. Y lo paga ahora en el presente por la falta de valor de quienes pudieron haberlo evitado antes.