Hablamos en voz baja y entornamos los visillos para que sólo nos vea y nos oiga quien queremos que lo haga. Cuidamos nuestro atuendo y nuestras palabras, para parecernos a lo que quisiéramos ser. Guardamos secretos, escondemos tesoros, a veces mentimos: otras veces nos ponemos de puntillas para parecer más altos. Intimidad y apariencia: dos atributos esenciales de la condición humana. Dos presupuestos de la civilización. Sin derecho a ocultar lo que queremos que sea íntimo y a elegir nuestra propia apariencia seríamos algo muy parecido a los animales. Por eso expropiar a alguien sus madrugadas, sus conversaciones, su intimidad, para hacerla espectáculo en millones de pantallas de ordenador es un delito de lesa humanidad. Usted que está buscando el vídeo de Olvido Hormigas, se ha equivocado de dirección. Cuánto pagaría Olvido Hormigas, tan repentina y desproporcionadamente famosa, para diluirse en su nombre y ser olvidada.
Miguel Pasquau
Cuaderno de notas
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En válvula de escape a nuestros más oscuros sentimientos, se han convertido las redes sociales. Hay personas sin escrúpulos y otras que quieren ser "importantes" invadiendo esa intimidad tan necesaria para los seres humanos. Somos como niños pequeños que nos han regalado golosinas y no sabemos administrarlas: nos la comemos de golpe.
Claro que sí, Germán. Por eso sería tranquilizadora una condena penal lo más severa posible para quienes contribuyeron por venganza o (peor aún) por diversión a difundir el vídeo. Eso sí que es inmoral e inhabilita a una persona para ejercer un cargo público, y no masturbarse…