- Ave María Purísima
- Sin pecado concebida. Díme, hijo mío.
- Padre, me confieso de haberme fugado con mi novia, de haberme emborrachado y de haberme acostado con ella.
- ¿Cuándo ha sido eso, hijo mío?
- De mañana no pasa, se lo juro. Lo tengo todo previsto y estoy decidido.
- ¿Estás arrepentido?
- Mucho, Padre, sobre todo de la borrachera, luego a la mañana siguiente estaré fatal.
- ¿Tienes propósito de enmienda?
- Sí, Padre, procuraré no hacerlo más veces. Una y ya está.
- Tres padrenuestros y dos avemarías. Y suerte, muchacho.
Miguel Pasquau
Cuaderno de notas
Un cura con los pies en tierra.
😉