Olvidado.

Por eso septiembre está tan infinitamente lejos de ese tiempo al que llamamos agosto. Porque cuando los últimos días de agosto avanzan, no enfilan hacia nada: se encierran sobre sí mismos, en su clausura eterna. Por eso los primeros días de septiembre saben a nada, a qué ha pasado y tienen ecos confundidos de tantos veranos que se guardan en el arcón que acaba de cerrarse con un suspiro. Por eso septiembre está más cerca de julio que de ese tiempo que se sale del tiempo y se adhiere a detalles (un libro no terminado, un grillo todavía) que van crujiendo, como dice una amiga, cuando el otoño saluda desde lejos en atardeceres rojos y ya prematuros, enterradas las tardes infinitas que se mezclan con mañanas y noches sin mover el calendario. Pero ya es septiembre y el verano se ha convertido de pronto en una ruina incomprensible, en un olvido olvidado.

4 Respuestas

  1. Lo siento, yo hago compota de verano, lo enlato para poder disfrutarlo durante todo el año. Y para mí el año comienza en Septiembre, en lugar de en Enero, es en Septiembre cuando me propongo crear mis grandes obras…después a lo largo del año me disperso. Una pena.
    Saludos

  2. Voy leyendo y me voy dando cuenta de que septiembre no es un mes cualquiera y que remueve cosas. Para mí también el año empieza en septiembre.

    Besos.

  3. Pues yo adoro septiembre desde niña. Reencontrarse con amigos, comienzo del curso, de nuevos propósitos que incumplir, llegada inminente del otoño y su belleza, vuelta a la rutina pero con fuerzas renovadas… Para mi septiembre es el comienzo de la mejor época del año hasta diciembre. En cambio el verano me pone un poco melancólica.
    ¡Felicidades por la entrada! Es muy bonita.

  4. leo

    Bienvenido a septiembre, Miguel. Se te echaba de menos., a pesar de agosto.
    Es cierto, ¿verdad? que el calendario es capaz de cambiar la textura del aire. Del 31 al 1.
    Un abrazo.

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