Hoy comienza la campaña electoral. No me entusiasma, pero me importa. No me da igual nada que tenga que ver con los procesos de elección de quienes han de gobernar. Por muy imperfecto que sea el sistema (demasiado poder de los partidos, demasiada importancia del marketing, demasiados condicionantes económicos para las decisiones de gobierno, demasiada manipulación en los medios de comunicación, progresivo deterioro de la cultura política de los ciudadanos, enorme deterioro del sentido institucional por parte de los mismos políticos, etc.), lo cierto es que cada día en que hay elecciones somos tú y yo quienes mandamos un poco. Durante quince días van a pedirnos el voto: démoslo con criterio, vale demasiado como para malgastarlo, menospreciarlo. Soy de una generación que valora su voto. La participación política debía ir mucho más allá de votar cada cierto tiempo y olvidarse: es verdad; pero al menos tenemos el voto.
No suelo seguir de cerca las campañas (están diseñadas para calentar a la afición), pero es inevitable oír o leer los grandes titulares. Aunque vamos a asistir a mucha "morralla política", al menos tratará de cosas más cercanas, reales e importantes que la "morralla" rosa y deportiva que tan profundamente está alienando a tanta gente.
Hagamos valer el voto. Si nadie nos convence, nos queda el voto en blanco. Si alguien nos convence, que sea por mejores razones que los demás. Imaginemos que todo depende de nuestro voto individual. La puerta del Ayuntamiento está abierta, quienes están dentro son interinos, y somos nosotros quienes tenemos la llave.
Conozco a alguien muy inteligente que dice que en este momento la situación es esta ( ) subas o bajes por donde quieras terminas en el mismo lugar, sólo puedes decidir si quieres el camino de la derecha o el de la izquierda. No se si es cierto, pero su convicción al contarlo me impactó.
Saludos
Asombrada me dejas, yo estoy horrorizada de que empiece la campaña electoral, cada vez me parece más un circo.
Aun así acabré votando. Seguro.