Ciudadanos y PSOE-A publicitan como una conquista que en adelante "los andaluces" se han librado del impuesto de sucesiones, gracias al pacto que C's ha impuesto como moneda de cambio para dar su sí a los presupuestos de la Comunidad Autónoma. Puedo entender que el PSOE-A haya cedido en este punto, que es una pizca de sus presupuestos, porque es mejor tener presupuestos sin impuesto que impuesto sin presupuestos. Lo que no entiendo en absoluto es que el PSOE-A se jacte de ello y presente, desde sus portavocías, como una buena noticia para los andaluces algo a lo que hasta hoy mismo se habían opuesto tenazmente como una seña de identidad.
En síntesis, el acuerdo consiste en que las personas que hereden bienes por importe (¡fiscal!) de hasta un millón de euros, de sus familiares directos (padres, cónyuge, hijos) están completamente exentos del pago del impuesto. Es importante saber que hasta ahora, existía para estas personas una exención de hasta 250.000 euros por cada heredero, y de entre un 95% a 99% por encima de esas cantidades si lo que se percibía era vivienda habitual, empresa familiar o negocio profesional. Por tanto, en definitiva, pagaban impuesto, para simplificar, quienes recibían bienes (netos, es decir, deducidas las deudas de la herencia) por importe de más de 250.000 que no constituyeran vivienda habitual, empresa o negocio que continúen ejerciendo. Ello al margen de otra importantísima reducción en caso de explotaciones agrícolas cuando el heredero se dedicase a la agricultura.
Pues bien, la medida recién aprobada no beneficia a los andaluces, sino que les perjudica. O para ser más exactos, beneficia mucho a menos de un 2% de andaluces (es decir, los herederos y donatarios que reciban -individualmente- bienes por importe de entre 250.000 a 1.000.000 de euros) y perjudica un poco a más de un 98% de los andaluces, que eran beneficiarios netos del impuesto, dado que no lo pagaban y van a dejar de "cobrarlo" por vía de recaudación fiscal y gasto público. Se estima por la propia Junta de Andalucía que supondrá una merma de ingresos de 90 millones de euros. Son 90 millones de euros que habrá que recortar de políticas de la Junta de Andalucía, y que se quedan en el bolsillo de los que hereden entre 250.000 euros y un millón. ¿Se puede presentar esto como una buena noticia para "los andaluces"? ¿Es que gracias a este acuerdo forzado por Ciudadanos "los andaluces" vamos a tener 90 millones más de euros?
Sucede que en los últimos años hemos asistido a una absurda cruzada contra el impuesto de sucesiones que ha convencido a muchos (¡casi todos ellos exentos del tributo!) de falacias como las siguientes:
a) Que la existencia misma del impuesto es una "anomalía andaluza", porque en otros lugares no existe. Lo cual es falso porque se trata de un impuesto regulado por ley estatal, bonificable (o no) por las comunidades autónomas (lo que ha causado que comunidades más holgadas financieramente, como Madrid, hayan podido bonificarlo casi por completo al tener vías de recaudación mucho más cuantiosas). También es falso porque este impuesto existe prácticamente en todos los países del mundo. Bastaría citar, para no tener que mirar en Google, a Alemania, Francia, Italia, y Holanda;
b) Que el impuesto grava a las clases medias (así lo dice, pero para aclarar que "ya es historia", la publicidad en redes sociales del PSOE-A en estos días), cuando parece difícil de creer que un individuo de clase media de Andalucía reciba por herencia entre 250.000 y 1.000.000 de euros en bienes diferentes a su vivienda, su empresa o su negocio (estos son los beneficiarios de la medida que comento);
c) Que el impuesto de sucesiones y donaciones es injusto por comportar una doble imposición, ya que el causante de la herencia o el donante "ya han pagado impuestos". El argumento es falaz, aunque sólo sea porque en nuestro sistema tributario quien tributa no es "la familia" sino las personas. No se gravan los bienes, ni el dinero, sino la adquisición por parte de una persona de bienes o dinero. Exactamente igual, por cierto, que en el caso de un trabajador que gana un salario: quien le paga lo hace con dinero por cuya adquisición ya pagó innumerables impuestos, y nadie dice que el IRPF comporte una doble imposición. Ni siquiera en el caso de que sea el padre quien contrata como trabajador a su hijo.
d) Que la situación es tan intolerable, que masas y masas de herederos en Andalucía están renunciando a las herencias, por no pagar el impuesto de sucesiones. Cuando, según los datos que he consultado, no llegan 3.500 los andaluces que renuncian a su herencia cada año desde 2011, y en la mayoría de los casos se debe a que, como consecuencia de la crisis, las deudas de la herencia (hipotecas, por ejemplo) son tanto o más cuantiosas como los bienes, por lo que el heredero no habría tenido que pagar el impuesto de sucesiones. De hecho, aunque no tengo datos, estoy absolutamente seguro de que ninguna persona en su cabal juicio renuncia a percibir más de 250.000 euros para dejar de pagar el impuesto.
En definitiva, me parece muy claro que el cacareado acuerdo es perjudicial para la inmensa mayoría de los andaluces, y particularmente injusto, porque beneficia únicamente a una minoría de andaluces económicamente selecta. Me bastaría con hacer una pregunta: ¿cuántos impuestos ha debido pagar un maestro, un dependiente, un albañil, un conductor de autobús, un bombero, para ganar 999.999 euros (es decir, más o menos en toda su vida laboral)?. La impresión es que la cifra es alta. Pues bien, si en vez de ganar ese dinero trabajando lo hubiese recibido por estirpe, de golpe, con nada más que poner la mano, no tendría que pagar nada. "Es que ya pagó el padre o la madre". Ya. Pero para tal objeción, tan recurrente, me remito al apartado "c" anterior.
A mí me parece muy bien que exista un mínimo exento suficientemente generoso como para que cada herencia no sea un laberinto ni un quebradero de cabeza: no estaba nada mal el límite de 250.000 por persona. También creo que la legislación sobre este impuesto debe ser revisada técnicamente, por los "saltos" impositivos que produce la fijación de un mínimo exento lineal, y por la imposibilidad de pagar en especie con bienes de la herencia, lo que obliga a muchos herederos a perder liquidez o a malvender bienes para pagar el impuesto. Pero gravar con una tarifa moderada a quien, a cambio de nada, recibe una herencia de mas de 250.000 euros, y perder 90 millones de recaudación, no me parece una medida fiscal justa ni acertada. El artículo 33 de la constitución reconoce el derecho a la herencia, pero ese mismo artículo alude a la "función social de la herencia". Esa "función social" no puede ser otra que el impuesto de sucesiones: quien tiene la ventaja de recibir por su estirpe un patrimonio importante, ha de dar una parte a la comunidad por vía de impuestos. Aunque, sin duda, resulte enojoso para quien tiene que pagarlo. Como ocurre con cualquier otro impuesto.
Concluyo: el PSOE-A podría haberse hecho entender perfectamente si sus portavoces hubiesen explicado que "no han tenido más remedio" que doblegarse a la exigencia de Ciudadanos de (casi) eliminar el impuesto de sucesiones, a lo que hasta ahora siempre se había venido negando, porque era condición para aprobar los presupuestos; y si, a continuación, añadiesen: "en cuanto contemos con una mayoría parlamentaria suficiente como para no depender de Ciudadanos, restituiremos este impuesto". Incomprensiblemente han hecho lo contrario: pugnan con Ciudadanos por atribuirse el "mérito" de esta medida.
P.S. No me odien, por favor, quienes hoy se sienten aliviados por estar en el caso contemplado en la reforma. Va en serio, y sin ironía: me alegro por ellos.
250.000 limpios o contando tambien tu propio patrimonio? Por hijo?
Me pones a estudiar… No te parece raro tanta renuncia a herencias?
Limpios. Por hijo. No me parece raro: hay muchas herencias insignificantes, otras muy complicadas, y otras con muchas deudas. No creo que una sola se deba al impuesto: no puede presumirse que alguien es idiota de no recibir 250 para no pagar 30 o 40.
En este país seguimos pensando que los servicios públicos son un derecho que se paga solo. Aunque también, en parte, creo que es un problema de falta de información.
El juez no tiene remedio,las herencias son propiedades que deberían caer fueras del espectro publico las propiedades familiares no son publicas son parte de la misma familia.
El caso es que podéis ver lo censurado por el juez,aquí:
https://write.as/annatiza/
1.- ¡Bravo, Miguel! Una vez más, me quito el sombrero ante tu valor para publicar cosas sensatas, a sabiendas de que van a ser impopulares. La postura de Ciudadanos se entiende; la del PSOE-A, con su secretaria general a la cabeza, es incalificable, dentro del respeto a la moderación que exige un comentario.
2.- No puedo entender por qué tanta gente se siente afectada por el Impuesto de Sucesiones y Donaciones, cuando yo, que me muevo en un ambiente de profesionales relativamente acomodados, no conozco a nadie que haya tenido que pagarlo al heredar de sus padres, incluido un amigo cuyo causante dejó a sus hijos un auténtico pastizal (visto desde mi perspectiva). Mi hermana y yo, desde luego, no tuvimos que hacerlo (la sucesión se regía por la ley madrileña, pero tampoco habríamos pagado ni un duro de residir el causante en Andalucía); eso sí, el Ayuntamiento nos clavó una plusvalía de órdago por la adquisición mortis causa de la vivienda en que habíamos nacido y nos habíamos criado. Creo que la gente, a la hora de pagar, no sabe exactamente qué le están cobrando y le echa la culpa a lo que no la tiene.
3.- A tus observaciones cabe todavía añadir que, si no me equivoco, tampoco se paga nada si el causahabiente tiene menos de 400.000 euros de patrimonio personal neto, valorado con criterios fiscales, lo que es muchísimo (partan por dos el valor catastral de la vivienda ganancial, réstenle el crédito hipotecario pendiente y verán lo difícil que es alcanzar esa cifra).
4.- Ciertamente, el impuesto tenía claros fallos de diseño, singularmente el llamado “salto de escalón” (por 249.999 € no se paga nada; si se alcanzan los 250.001, se paga por el total). Y también es un problema que se hereden bienes de difícil liquidez y el impuesto haya que pagarlo a metálico en un breve plazo. Pero estos problemas solo afectan a los “happy few” que tienen que pagar y admiten soluciones técnicas no demasiado complejas, sin necesidad de quitar 90 millones (me suena que son 86) a los pobres para dárselos a los ricos, y que me perdonen la demagogia.
¡Caray! Las observaciones técnicas del punto 4 de mi comentario anterior ya las habías enunciado tú en la entrada. Había leído demasiado deprisa el final. Disculpas.
Conforme al artículo 31.1 de la Constitución, “Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos DE ACUERDO CON SU CAPACIDAD ECONOMICA mediante un sistema tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad.”
Por su parte, el articulo 3º.1 de la Ley General Tributaria establece que “La ordenación del sistema tributario se basa en la CAPACIDAD ECONOMICA de las personas obligadas a satisfacer los tributos y en los principios de justicia, generalidad, igualdad, progresividad, equitativa distribución de la carga tributaria y no confiscatoriedad.”.
Pues bien, a igualdad de capacidad económica ( patrimonio preexistente, caudal heredado ) un andaluz no debe pagar por el Impuesto de Sucesiones una cuota tributaria distinta a un madrileño. Eso infringe el principio constitucional de igualdad, y nadie lo ha planteado ante el Tribunal Constitucional.
Debe haber una regulación homóloga para todo el Estado, quiero decir.
Los noventa millones que se pierden representan poco más de once euros por andaluz. A cambio se ha mandado a la ruina a familias medio-bajas económicamente que no pueden pagar. En el artículo no tiene en cuenta que muchas veces los valores que fija la administración son irreales. Y por cierto esos 90 millones, no se pueden ahorrar de los innumerables chiringuitos administrativos dencooocacion de amiguetes?. Por supuesto, pero es muy socorrido decir que nos quedamos sin sanidad.
¿Familias medio-bajas económicamente, cuando había 250.000 € exentos por hijo en cada una de las herencias de sus padres? Un matrimonio sin hijos en que fallece un cónyuge: el viudo sólo pagaba si la sociedad de gananciales sólo tenía un valor (¡fiscal!) de 500.000 euros (la mitad es ganancial y no se tributa por su liquidación). Si ese matrimonio tenía un hijo, este no llegará al mínimo exento con la muerte del primer progenitor (salvo q además hubiera bienes privativos), y cuando muera el otro no es seguro que pague tampoco (heredaría lo q le quedase a la madre de su parte de gananciales, y el resto suele ser consolidación de la nuda propiedad que ya había heredado sin tributar, en el caso común de legado de usufructo universal al cónyuge). Y si hay más de un hijo, multiplica las cifras por dos. Y si son tres, por tres. Y si sobrepasa la cifra por el valor de la vivienda habitual, ésta estaba bonificada no sé si al 95 o al 99%. Y si era una farmacia, y el heredero es farmacéutico, lo mismo. O zapatería y zapatero. O explotación agrícula y profesional de la agricultura. No eran familias medio-bajas económicamente.
Los valores fiscales son casi siempre inferiores a los de mercado.
Once euros por andaluz. Bien. Los mismos herederos que pagaban el Imp. Sucesiones y ya no, pagaban y pagan de IRPF en un año más o menos lo que les tocaría pagar por Imp. Sucesiones: once euros pª cada andaluz. La cuestión no es si 90 millones son poco o mucho, sino si el hecho imponible está o no justificado. Yo creo que sí, pero creo que esa discusión es más interesante.
Saludos, y gracias por asomarte.
Podría contestar a todos los puntos de su largo comentario, pero nos perderíamos en una serie de tecnicismos sobre valores fiscales o sobre las circunstancias económicas de los herederos. El que hereda no tiene que ser rico aunque sus padres tuvieran un gran patrimonio. Eso es un sofisma. El patrimonio es fruto de muchos años de esfuerzo y desde una postura teórica resulta relativamente sencillo decidir y justificar que una parte del valor generado con esfuerzo y sacrificio debe sacrificarse en el ara del insaciable leviatán estatal. El asunto tiene que ver esencialmente con un principio en virtud del cual el sector público se apropia por derecho propio de nuestro esfuerzo y nuestro trabajo en función de una supuesta labor redistribuidora de la riqueza que yo considero una impostura porque ello termina siendo el alimento de estructuras políticas ineficientes y clientelares. España de hecho s un ejemplo de ello y podría poner muchos ejemplos de ello. Proponía usted incluso como solución, desde luego más racional vistos los efectos del impuesto hasta la fecha, poder pagar con parte de lo bienes heredados. Y me pregunto, por qué?, pues por un principio ideológico que considera que la propiedad es un hecho casi inmoral, obviando còmo las personas consiguen obtener las cosas. Para mí la propiedad ganada con trabajo y honradamente es una parte imprescindible de la libertad y es un derecho que el sector público no puede invadir de forma indiscriminada abusando del principio de autotulela de sus intereses. De ahí a la tiranía solo hay un paso porque si toda la riqueza privada se subordina a las necesidades públicas, éstas no se controlarán por sus gobernantes que acudirán al fácil recurso de la incautación más o menos grosera. Gracias Don Miguel por su contestación y sus palabras, el debate nos hace a todos reflexionar y esforzarnos en mejorar nuestros argumentos.
Gracias por el comentario, Castroviejo, es cierto, el debate por lo general lima discrepancias y sirve para identificar en lo que se está de acuerdo y en lo que no. El Estado cobra, en efecto, por trabajar, por ahorrar, y por consumir. Es difícil determinar cuál es el “óptimo de carga fiscal”, es decir, la que financia suficientemente los servicios y políticas públicas (desde ejército hasta carreteras, pensiones -de jubilación o de discapacidad-, maestros, hospitales, policía, administración de justicia, diplomacia, servicios sociales, inspección, políticas municipales, conservación de parques naturales, etc.) sin ahogar la economía. Lo cierto es que el principal acto patriótico es pagar los impuestos, pero es normal que surjan desacuerdos sobre los topes de la carga fiscal, sobre todo cuando vemos que las administraciones no gastan eficientemente.
Sin propiedad (privada) no hay plena libertad. Estoy de acuerdo. Sin impuestos no hay servicios públicos, seguro que está de acuerdo. Seleccionemos bien los hechos imponibles, fijemos tipos razonables, y exijamos rigor en el gasto público.
Saludos.
Al final no estábamos tan lejos. Cuando se sabe explicar y se quiere entender todo es más fácil. Saludos.