Hoy es 9 de octubre de 2017. Para mí es un día especialísimo, por razones que no vienen al caso, pero además, es la víspera de la jornada en la que muchos indicios apuntan a que Puigdemont va a declarar algo así como la independencia de Cataluña (ya veremos con qué palabras) en el Parlament.
Hoy, por tanto, todavía estaríamos a tiempo si España fuese un espacio político sano. ¿A tiempo de qué? ¿De dialogar? No, no voy a decirlo así, porque entonces ya vería navajas afiladas llamándome ingenuo, iluso, y otras perlas. ¿A tiempo de qué, entonces? A tiempo de evitarlo. Hoy la prioridad no es "dialogar", la prioridad es evitar una declaración de independencia planteada como una inequívoca provocación a un Estado que sólo podría defenderse de semejante decisión. Hoy se le pueden decir a Puigdemont (y quien dice a Puigdemont dice a los líderes independentistas) muchas cosas que mañana ya no podrían decírsele.
Lo primero que le pediría es valentía, ambición y audacia. Ser valiente es tomar decisiones difíciles contra corriente, y lo difícil en esta tesitura para Puigdemont es proclamar que renuncia a una declaración de independencia cuya única legitimidad consiste en que no le han dejado hacer un referéndum legal. Sr. Puigdemont, sepa usted que la reivindicación de hacer un referéndum legal, por mucho que se le haya negado y renegado, encontrará siempre muchas más complicidades, dentro y fuera de Cataluña, dentro y fuera de España, que una declaración de independencia sin ninguna constatación democrática mínimamente fiable. No sería una decisión democrática, y usted lo sabe bien. Sería una decisión "autoritaria", es decir, basada exclusivamente en la "autoridad" de una mayoría parlamentaria insuficiente a todas luces para tomar una decisión más que probablemente contraria a la voluntad mayoritaria de los catalanes. Ya sé que produce impotencia y frustración no poder convocar un referéndum, pero basar en esa impotencia una declaración de independencia es exactamente igual que si un Juez condena por asesinato a un acusado, sin juicio ni pruebas, por el hecho de que el acusado se resiste a comparecer en juicio: como no hace posible el juicio al no comparecer, lo damos por probado.
Lo segundo que le pediría es grandeza. Que no se quede en la pequeña satisfacción de un día de gloria, y que aspire a bienes mayores. Dar marcha atrás y hacerlo sin condiciones, explicando que lo hace por responsabilidad y para evitar daños irreversibles, sería la gran jugada política que muchísimos españoles le agradeceríamos. ¿Por qué se lo agradeceríamos? No sólo para evitar la independencia (en realidad casi nadie tememos la independencia en sí, porque sabemos que no va a hacerse efectiva), sino más bien para evitar la enorme derrota que supondría la oleada envalentonada de una España que también se siente (justa o injustamente) agraviada y quiere hacer valer su fuerza como una especie de restitución patriótica. Me aterra ese escenario. Me aterra una regresión de España. No me refiero al ámbito de la mayor o menor autonomía (no soy especialmente sensible a ese asunto. lo siento), sino a volver a sustituir la política por el patriotismo. De eso sería usted, serían ustedes, los principales culpables, pero todavía pueden no serlo.
Lo tercero que le pediría es solidaridad. Pero una solidaridad grande. España puede ser un gran país. Tiene mucho margen de mejora en lo económico, en lo social, en lo cultural, e incluso en lo afectivo. Pero necesita a Cataluña. ¿Sabe usted lo bien que nos sentiríamos millones de andaluces, catalanes, castellanos, vascos, gallegos, valencianos, etc, si usted ofreciera al Gobierno (¡el que hay, no el que unos u otros quisiera que hubiese!) un pacto de colaboración para hacer una España mejor? No podemos prescindir de Cataluña como aliado para una regeneración y modernización de una España concebida como un Estado funcional con varias naciones (o como se llamen) dentro. No opte por la vía egoísta. No se conforme con cumplir un encargo, ni con soñar en la pequeña felicidad de la Ínsula de Barataria. Usted es responsable en parte del bienestar de un maestro de Córdoba. No le defraude. Alíese con los millones de españoles que necesitamos a Cataluña para defendernos de la peor España.
Lo sé: desde el otro lado hace falta también grandeza. Sé que en Cataluña es hegemónica la voluntad de decidir cuál es su relación con España, y que esa pulsión no es momentánea, sino crónica. Apoyémonos en esa piedra angular. Proponga usted un pacto para mejorar España (y por tanto, Cataluña), refrendado en Cataluña. Ya sé que el Tribunal Constitucional, excitado (en sentido procesal) por el Partido Popular, frustró un pacto que fue refrendado por las Cortes y por el pueblo catalán. Sigamos intentándolo. Pero para hacer posible eso tan deseable, el primer paso ha de ser marcha atrás: renuncie a una independencia barata sin más sentido que el de provocar. No tengo ninguna duda de que ese paso atrás moverá lo mejor de España, hasta convertir en anecdótica esa otra España de dientes apretados, que será, sin embargo, la que se levante, me temo, si usted se equivoca y mañana declara la independencia de Cataluña.
Todo esto lo digo hoy, porque hoy todavía es antes. Lo digo no para que me oiga Puigdemont, no soy tan iluso. Lo digo porque quizás mañana ya no pueda decirlo, y sólo pueda reprocharle su enorme equivocación. No sabe, Sr. Puigdemont, cuánto me gustaría pasado mañana estar a su lado reclamando a Rajoy grandeza política. Mañana es su turno.
Jo!… En verdad prefiero al lobo de Caperucita incluso cabreado con el estómago lleno de piedras…. Y si además el cuento lo retransmite la familia Ferreras… en la sexta… Ni te cuento lo independiente que me proclamo…
Esto ya supera el enfrentamiento de Trump (Rajoy) con el coreano del norte (Puigdemont)..
Mañana termina el mundo después de las 6 de la tarde… Rajoy apretara el botón y Ferreras lo contará en directo…¡Dialoguemos!…
¡PERFECTO!…. Me ha encantado Puigdemont… un discurso racional, equilibrado y realista en el que expone la racionalidad del pensamiento independentista con una brillantez que ha hecho historia y justicia sobre la distopia de la Constitución del 78… la del aquel acuerdo que ni ellos, ni yo, nos hemos dado….
Ya era hora de oir esto en el eter de la raquítica España de vencedores y vencidos….
Después se ha inmolado a sabiendas de que terminará en alguna cuneta. Puigdemont y los independentistas catalanes han optado por la línea del consenso a sabiendas que la derecha española no conoce esa práctica tan socialdemócrata ya que su tradición se ejercita más bien en el campo de tiro.
Y la justicia es el campo de minas de los justicieros del 78 donde el diálogo ni existe, ni se le conoce, ni se le espera en el Imperio de los Jueces donde el único súbdito posible es el justiciable mandobediente. Es el pedregal de las togas y las rejas;… ¡NO HAY MÁS!… Algunos le llaman “Ley”, pero allí todos andan con las piernas curvadas hacia dentro por eso llevan togas negras… Hasta la luz se curva cuando pasa cerca de ese “agujero negro”… (jajaja)
Espectacular descripción de Puigdemont de la justicia de encargo tan crudamente descrita en un discurso parlamentario. Ha sido en Cataluña. No en el País Vasco… Espectacular hecho histórico que me lleva a los debates de las Cortes de Cádiz.
Si,… lamentablemente pocos conocen los espectaculares debates de los diputados andaluces de aquella época defendiendo el derecho de propiedad de las tierras para aquellos que las habían liberado con su sangre en la lucha de independencia contra el francés. Tierras que reclamaban los nobles que se pavoneaba con el francés en las fiestas napoleonicas de París o Madrid. Luego vino la monarquía y la justicia cambió de platillos –como de costumbre– quitándole justamente las tierras al people!!!
Sin embargo los archivos de las Cortes de Cadiz conservan todavía los razonamientos de los diputados andaluces de Córdoba, Granada, Jaén, etc que conforman verdaderos tesoros jurídicos… (me quedo corto; no exagero)
Mucho me temo que la España que tanto pidió ayer sensatez y diálogo se volatilice en la larga noche de cuchillos largos que nuestra derecha jurídica y política, amante de cacerías, seguramente estará cocinando para honra de su estatus de vencedor invicto “atado y bien atado.” La editorial de El País titulada “Una nueva Trampa” es un ejemplo calentito del trompetilla que llama a la cacería del zorro… Todo un IMPRESENTABLE eunuco del franquismo!!!
Ahora es el momento de abolir la constitución del 78 y consensuar un nuevo acuerdo sobre la base del diálogo y el consenso…para sepultar definitivamente con el dictador la España de vencedores y vencidos… El Pais, la Razón, el Mundo… y compañía… INCLUIDOS!!!!
Visca Cataluña y Víva Cádiz!!!
Bueno me voy con la Cenicienta que ya oigo la carroza…
Gran día!!!
Derecho a decidir!!ha visto usted esa playa en la que me puedo bañar sin que un mozo me pida el carné porque hablo español.
Esa playa que Semis q uy iere decidir que yo no me bañe en ella.
Amo las ramblas un día llegué de un avión sin un duro y con dos o tres pesetas reumidos todos los desadinerados compramos sobras a los tenderos.
Me parece increíble que alguno ves factible un referéndum en que los andaluces porque somos mayoría declaren la sagrada familia andaluza.
Sedición y traición racismo robo es lo que está pasando.
Las fortunas y cuentas banquarias de estos individuos deberían ser incautadas y la autorización de requisar como alquiler compra
Sin estar de acuerdo muchas veces con Miguel, sus palabrass están llenas de respeto y educación.
Muchos comentarios como este último, creo que no encajan en el sentido de sus escritos.
Aclaraciones relevantes en día tan patrio como imperial….
En España la palabra es tan volátil que ni siquiera aguanta la tinta que la imprime…no es que sea polisémica, o travesti… La palabra… Es que se derrite al sol que más calienta..
Evidentemente ni Rajoy ni Puigdemont son de mi devoción… Y en superficie la independencia de Cataluña me parece más una bronca de herencia entre hermanos del mismo padre (el gallego Paquito Franco) que no un posicionamiento serio de liberación del 78…
En este sentido quiero precisar que mis opiniones se vierten sobre el conjunto popular que quiere, como yo, una constitución de consenso y no un consenso de dominio….
Aramis dixit!!!
!!!Vva Cái!!!