Con fecha 3 de agosto de 1977, un grupo de policías englobados en el colectivo "Nueva Policía" suscribieron un informe remitido a los partidos políticos sobre prácticas policiales de mandos elegidos por el primer gobierno de Adolfo Suárez (el ministro era Martín Villa) que consideraban inaceptables. En dicho escrito denuncian que en vísperas de las elecciones del 15 junio 1977, el Gobierno colocó en los altos puestos de policía a "los hombres más fanáticos del franquismo, de la más extrema derecha, que dirigieron durante muchos años las brigadas político sociales, donde detuvieron, interrogaron, torturaron, etc., a hombres que hoy están en las filas del PSOE, PCE, ORT, USO, MCE, etc." A continuación hacen una lista de esos hombres, nombrados para altos cargos por Real Decreto de 2 junio 1977, y entre ellos aparece "Antonio González Pacheco, conocido como 'Billy el Niño'". Añaden que "todos ellos marginan a la auténtica policía, acaparando premios y condecoraciones; a ellos van a parar primas semanales que oscilan entre treinta y ciento cincuenta mil pesetas, cantidad ésta última que es muy ampliamente rebasada por algunos de los anteriormente citados, como es el caso del Súper Agente Conesa y del conocido Antonio González Pacheco ("Billy el Niño")".
El escrito concluye con una petición: "Por todo lo anteriormente expuesto, la Policía que quiere ser auténticamente apolítica y democrática, se ve en la urgente necesidad, moralmente, de denunciar estos hechos y pedir a todos los partidos políticos y gente democrática, que obliguen al Gobierno, a través de las Cortes, a efectuar con toda urgencia cambios profundos en la Dirección General de Seguridad, que hasta el momento sigue siendo igual que en el período franquista, con la existencia de una Brigada Antiterrorista (Político-Social), tan represiva, franquista y ultraderechista como en la peor época de Franco".
Mon Dieu… Cuanta sorpresa esconde este balcón del monasterio superior con vistas a Plaza Nueva y macetas en Casa Luna.
Y eso que no es un balcón de Macondo aunque encierre grandes misterios de literatura mágica.
Asomarse es peligroso; si!… pero mirarlo es maravilloso porque en él se suceden maravillas en el más puro silencio monacal…
Ora florecen por el balcón las convicciones autistas como hiedra sacrosanta de verdad obispal revelada por arcángeles juguetones siempre a sotavento…
Ora aparece el Santo Sepulcro de Jerusalén en brazos de los fantasmas de Escrivá de Balaguer asustando –con Luna llena–, en «espantá» a todos los grillos de la Sierra de Cazorla… (sin excepción)
O sucede, como ahora, que el peligroso balcón recobra la memoria histórica y vomita desde sus entrañas más recónditas un informe de Billy el Niño como la Ballena de Jonás escupió al profeta tras tres días y tres noches de atragantamiento y obstrucción de la tráquea… (Y eso que el niño no iba camino de Nínive…)
¡Qué maravilla, Miguel!…
Maravilla también la movilidad orgánica del balcón pues hace tres días se orientaba al sol de la derecha y hoy se orienta ya a la planta fotovoltaica de la izquierda.
Así, como quien dice, el balcón soplaba antes de ayer incienso al ilustre M. Rajoy; confeso heredero intelectual del otrora también ilustre asesor espiritual de Franco; Don Fernández de la Mora.
Pero el balcón revindicaba –antes de la votación concluyente de la Moción de Censura–, a un M. Rajoy modelo de “buen” parlamentario conservador y demócrata… ¡Mon Dieu!
Y, como quién dice también, nada objetó el virtuoso balcón a la no menos maravillosa defensa del otro obispo sevillano –entonces ministro y hoy juez; igual de interior–, sobre las merecidas retribuciones del «niño» del exorcista Billy, hoy pensionista, a cargo de los presupuestos generales del Estado.
Pero –sorpresas de la funámbula vida balconera–, el monasterio literario abre ayer, de súbito, sus abrillantados sarcófagos de Jerusalén y escupe desde sus entrañas un informe, pre-constitucional (1977), del malvado niño torturador cuan ofrenda pastoral al nuevo inquilino de la Moncloa…
¿Sacrificio Maya, o maniobra táctica de recolocación progresista?… O… ¿acaso alguien sacó el artilugio justiciero del sagrario de la vitrina del monasterio?…
¡Mon Dieu!…
Si John Locke y Montesquieu levantaran la cabeza… no separarían los poderes del Estado nunca mais… pondrían verjas antitrepa con concertinas… pues como dice Barton Whaley en «Toward a general theory of deception»; “sin engaño casi nunca puede haber sorpresa.”
Buen día de Thanksgivning en el monasterio…
¡Diós proveerá!… y la literatura juzgará…
¡Cuentos tengas y premios ganes!… díjole también el gitano de Granada al zorro del gallinero.
Buen día
El recordatorio de un personaje tan antiguo e hiperrelista como Billy El Niño me ha remitido de pronto y paradójicamente al pensamiento de San Agustín, que nos decía :
“¿ Qué es el tiempo ? Si nadie me lo pregunta, lo sé. Si quisiera explicárselo al que me lo pregunta, no lo sé”. “ El tiempo consiste en pasar desde un pasado que ya no existe, a un presente cuyo ser consiste en pasar al futuro, que todavía no es “.
Querida militancia, bases sociales democráticas respetables como debe ser, enteraos : Billy El Niño ya no existe, es el pasado, es decir, pasará a ser en el próximo Consejo de Ministras Pili La Niña, se actualizará el personaje, progresará, servirá, junto con el Valle de Las Caidas para destensar demagógicamente un clima político que ya estaba anticuado, masculinizado, y vendrá una nueva època futura de prediálogo decente que posibilitará una reforma urgente y viable de extremos constitucionales que habrá que concretar en la Comisión correspondiente, porque sin diálogo y sin pacto se incurre en una permanente paralización del tiempo, imposibilitando técnicamente, por tanto, que llegue el futuro. Diálogo, negociación, acuerdo, cesión, ese es el futuro que todavía no es, pero que será, no importa que no se sepa qué se negocia, no seas primigenio, militante , no seas ciudadano dubitativo que sólo admite dos tipos de político: el estúpido o el genio. Hay políticos y políticas formados, experimentados, clasificadas, que sirven para rotos y para descosidos y que, en uno de los descubrimientos más profilácticos de esta época, sirven para constituir lo que con recelos gramaticales conservadores se conoce como Consejo de Ministras y Ministros, presidido por un futurible. Ese es el (pre )futuro.
Diálogo, agustineros mios. De derechas, nunca: siempre serás presente y no pasarás al futuro, te repito.