"No hay otra manera de alcanzar la eternidad que ahondando en el instante, ni otra forma de llegar a la universalidad que a través de la propia circunstancia" (E. Sabato, "La resistencia", Seix Barral, 2000, p.17).
Ahondar el instante: eso requiere ser capaz de detenerse en el bucle del humo del café que, de pronto, te ha sugerido un recuerdo viejo; y seguir el hilo de esa llamada que ha de llevarte, por el azar de los itinerarios de la memoria, a un atardecer de junio en París o al mantel de cuadros amarillos y marrones de los desayunos de la infancia. Y comprender que "si hemos llegado a la edad que tenemos es porque otros nos han salvado la vida, incesantemente" (p.21). Así, desde el instante de un café a mediodía, de pronto, la vida entera.
Eternos y universales: comprometidos con el instante. Dios en el prójimo, la historia del planeta en un fósil, el mar en cada gota, la especie entera volcada en el gesto instintivo de un cachorro. El todo no es nada sin algo en lo que asomarse.
Con tanto todo a nuestro alrededor, ¿cómo es que nos hemos hecho tan autistas? ¿Qué nos está pasando?
Qué lírica esta reflexión.Se agradece
Estás profundo hoy eh!
pensaré en ello, es peligroso asomarse por aquí.
Besos. Clau.
El mérito es de Ernesto Sabato. Me gusta que alguien me recuerde de vez en cuando que la rutina y la indiferencia son los enemigos de la vida.
Gracias a Carmen, y gracias a Clau (¿eres Claudia ciruela, o eres otra Claudia?)
Magnífica reflexión de Sábato y magnífico comentario al respecto.
Yo creo que confundimos la necesidad de ahondar en nosotros mismos, de instalarnos en nuestro ser más genuino para, desde ahí, poder aportar algo auténtico al mundo, con mirarnos el ombligo y hablar de nosotros y nuestras pequeñeces, sin descanso para satisfacer al ego más vacuo. No sé si se podría hablar de una pandemia del ego más pernicioso, ese que nos hace ciegos para el otro.
Perdón por el rollo. Un saludo.
No se si Sábato compartió mantel y sobremesa con Castaneda, pero dentro de mi memoria si comparten espacios.
¿Y si eso que pareciera autismo, pudiera ser nada más serenidad y desprendimiento, en su expresión última?.
Te lo copio aquí
"Ya me di al poder que a mi destino rige.
No me agarro ya de nada, para así no tener nada que defender.
No tengo pensamientos, para así poder ver.
No temo ya a nada, para así poder acordarme de mí.
Sereno y desprendido, me dejará el águila pasar a la libertad."
Carlos Castaneda. Según las enseñanzas de Don Juan
Líneas delgadas separan la ceguera de la videncia, el autismo de la contemplación, la indiferencia del desprendimiento, el ombliguismo del compromiso, la serenidad de la resignación. La línea divisoria somos cada uno, siempre en medio, complejos, a caballo entre nuestra voluntad y nuestra deriva. Entre una y otra cosa se juega la vida. Sin forcejeo interior sólo hay inercia.
Gracias a moderrunner por Castaneda; y gracias Leo por tu "pandemia".