La mañana es apacible. Nubes difusas y escasas tamizan la luz del sol tibio. Apenas quedan algunas hojas en los árboles llovidos. En el aire no hay insectos, no se oye ruido de aviones en el cielo. Se oyen voces lejanas de niños, y algún ladrido juguetón, diurno. Las chimeneas expelen ya humo negro de calor hogareño.
Hay una España confinada en aeropuertos, atrapada entre maletas perdidas, desesperanzada ante los paneles que informan de sus vuelos, interrumpida al inicio de un esperado viaje, negada en su derecho a ser feliz un rato. Hay reencuentros frustrados, gestiones perdidas, espectáculos que no se verán, conversaciones que se perderán para siempre.
Las radios alarman con estados de alarma.
Yo comenzaría por bajar el sueldo siempre a los de arriba. No creo que nadie fuera a quejarse 😉
Saludos
Por los de arriba entiéndase a los políticos. Ellos deberían ser los primeros en recortar gastos. O cada vez hay más o me lo parece.
Perdón, yo no lo entiendo asi, todo empezó por un gobierno que quiso quitar ciertos privilegios a un sector elitista, que se creia intocable!