El movimiento 15-M debe volver al cuartel general de internet, y de vez en cuando volver a tomar la calle. Pero como quiera instalarse en plan campamento, va a acabar cansado y viejo demasiado pronto.
Y debe afilarse en dos o tres propuestas claras, comprensibles y evaluables. Producen melancolía los manifiestos ambiciosos llenos de ocurrencias jaleadas en asambleas proclives a exigir lo que nadie puede dar. Mejor será centrarse en muy pocos objetivos bien diseñados, capaces de simbolizar el sentido global de la protesta y de aglutinar la inmensa pluralidad de los que se sienten concernidos en ese movimiento.
Propongo, por ejemplo, la creación de comités anticorrupción. En cada ciudad, en cada organismo público, un equipo de "indignados" con voluntad de vigilar los procesos de contratación de personal, de adjudicación de obras, de contratos de suministro, etc. La información recabada se volcaría y se clasificaría en una página web bien gestionada. Pónganse a imaginar las consecuencias.
Lo que circula por ahí, o lo que yo he visto, todavía no es más que una tormenta de ideas, veremos… tendrán que madurar.