La “Operación Judas” en Twitter.

No es metafísicamente imposible que existiera una decisión política de "rastrear" el mundo independentista para encontrar algo a lo que pueda llamarse violencia. No lo es que las siete personas detenidas en la reciente operación judicial/policial no tuvieran la más mínima intención de fabricar y utilizar explosivos, sino que sólo quisieran abonar un huerto con fertilizantes o fabricar fuegos de pirotecnia para adornar una manifestación. No es imposible que, aún siendo conscientes de ello por las conversaciones telefónicas intervenidas u otros datos, los investigadores hubiesen introducido en la escena un plano de un cuartel que los detenidos no tenían, o manipulasen sus mensajes electrónicos para hacerles decir lo que no dijeron. No es tampoco imposible que hubieran decidido "fabricar" una causa como armamento contra el independentismo, pese a saber que finalmente todo pudiera concluir con un archivo. Sería un grave delito, pero no sería metafísicamente imposible. Hay precedentes.

Por la misma razón no es metafísicamente imposible que los siete detenidos formasen parte de un grupo decidido a utilizar la violencia, explosivos incluidos, para apoyar la causa independentista. No es imposible que la Guardia Civil haya recabado indicios preocupantes que evidencien un "salto" cualitativo en los sectores más extremistas del independentismo, y que la operación policial haya sido seria e impecable. Hay precedentes.

Al leer la noticia de las detenciones policiales de nueve personas a las que presentaban como relacionados con los CDR (lo que, creo que no hace falta decirlo, no constituye ningún delito), escribí dos tweets en los que, anticipándome a lo que ya se veía venir, reflejé mis primeras impresiones.

En un tweet mostré extrañeza porque, estando declarada secreta la causa judicial, se dieran informaciones excesivamente detalladas de la operación, hasta el punto de incluir un vídeo de la entrada de la Guardia Civil en un inmueble. También los medios difundieron imágenes de algunos de los detenidos, esposados y conducidos a furgones por guardias civiles , contraviniendo el artículo 5.1 de la directiva UE 2016/343 sobre la presunción de inocencia (para entender el alcance de este artículo debe leerse el párrafo 20 de su Preámbulo). Era lógico deducir que se trataba de una noticia que "alguien estaba interesado en dar". Sinceramente, el vídeo de la actuación policial, colgado en la página web del Ministerio del Interior, me desagradó: no contenía el más mínimo elemento informativo, pero sí "generaba una impresión". Una impresión que, por ejemplo, es prima hermana de las declaraciones de un político que pregunta al Gobierno si es que hay que esperar a que muera alguien para que se aplique el artículo 155 CE.

En un segundo tweet dije, literalmente, esto:

"Si la información leída es cierta y había indicios de explosivos para su utilización, me sorprende que los líderes secesionistas no sean los más interesados en la investigación de esos indicios. La violencia haría más daño a su causa que una eventual condena en el TS".

Este tweet ha recibido unos cuantos comentarios. Algunos con tono amable, sólo dicen que soy ingenuo, por "tragarme el relato" de los medios españolistas. Otros defienden, con contundencia, que lo que hay que hacer es denunciar el "montaje policial" descarado. A resultas de algunas informaciones de periódicos poco fiables, como diario16.com, otros dicen que ya se está demostrando que todo era falso, y que hasta la Fiscalía ha retirado los cargos por tenencia de explosivos, cosa que no es cierta. Entre tanto, el president Torra denuncia un descarado intento de vincular el independentismo a la violencia, como explicación de las detenciones.

Entendería que si alguien conoce personalmente a los detenidos, pueda decir que todo es mentira. Pero si quien no los conoce dice que con seguridad todo es mentira, está incurriendo en dogmatismo. El dogma consistiría en que "el independentismo es pacífico", y que, "por tanto", es imposible que un independentista jamás emplée explosivos, no digo ya para atentar contra nadie (que eso ni siquiera se ha sugerido), sino para provocar daños materiales y "estragos".

Soy de los que creen que el independentismo tiene como seña de identidad la no violencia, entre otras cosas porque, habida cuenta de su enorme base social, es su principal baza de legitimación. Pero, precisamente por eso, y aun comprendiendo una inercia de desconfianza sobre determinadas actuaciones policiales tendentes a la sobreactuación, me desazona que la respuesta unánime del independentismo sea dar carpetazo al asunto con la etiqueta de que es un montaje. Lo será o no lo será, pero no se me ocurre mejor respuesta que combinar la crítica al modo en que se ha dado la noticia, con un claro y tajante desmarque de cualquier tentación del uso de la violencia que pudiera hipotéticamente haber. Si finalmente se comprueba que todo es un bluf, se habrá incurrido en el ridículo y deberán exigirse responsabilidades. Si se demuestra que es cierto, ¿no se lamentarán los líderes independentistas de haber perdido la ocasión para reiterar a la población catalana la petición de total contención de la violencia en los actos de protesta o reivindicación que tengan pensado acometer?

Si la policía presenta indicios de conductas delictivas de cierta gravedad, el juez tiene la obligación de tomárselos en serio en investigar a fondo. Esa investigación a fondo y con garantías (es decir, en un proceso) no puede perjudicar a la verdad. Lo que perjudica a la verdad es la sobreactuación, y el dogmatismo. Y una forma de dogmatismo es estar convencido de que, si son catalanes e independentistas, es imposible que sean violentos. Yo me habría quedado mucho más tranquilo si los políticos catalanes hubiesen pedido rigor y lupa en la investigación, se encuentre lo que se encuentre. Pero su reacción da más bien la impresión de que, si es por la causa independentista, una explosión, siempre que no haya muertos, es disculpable.

7 Respuestas

  1. Puedo estar bastante de acuerdo con lo que dice usted, excepto la última frase. “Pero su reacción da más bien la impresión de que, si es por la causa independentista, una explosión, siempre que no haya muertos, es disculpable.” Yo no sé quien ha dicho esto, aunque no dudo de mucha gente lo emmarcaría en el derecho de propesta. Muchos incluso en España no dudarían en alabralo si esto sucediera en Francia o Hong Kong. Lo que se está poniendo en duda es que incendiar una barricada en una carretera, por más mal que me parezca, esto no es terrorismo. Hay que separar la violencia contra elementos (teóricamente estos estragos) de la violencia contra las personas (de momento con muchas más víctimas por parte de los cuerpos policiales que de estos CDR). Lo que se está poniendo en duda es que muchos consideramos que se está banalizando el terrorismo. Cuando todo es terrorismo nada lo es. A parte se está informando de 7 personas que ya han sido juzgadas, han abierto las páginas de los períodicos y se afirma en gran número de casos que son terroristas, y esto con la complicidad de las filtraciones y sobreactuación de los cuerpos del estado. Lo hemos visto en profesores, en directivos, en activistas… puede ser que sea como Pedro y el Lobo, que cuando sí sucede finalmente nadie le cree. Pero como debemos protegernos de esto? Como se protegen los que sistemáticamente estan siendo encárcelados (Tamara, Sandro Rosell…)? Como se pueden proteger los propios jueces que leen estos periódicos de no formar parte de este marco mental y verlo con objetividad?
    Y ante todo, prefiero equivocarme defendiendo la inocencia de alguien, con la consiguiente decepción y reflexión própia, que equivocarme por acusar y difamar alguién que era inocente.

  2. Desde Catalunya, gracias.

  3. Eva

    Con qué claridad expones los datos; no podría estar más de acuerdo con el relato. Y qué desasosiego me genera el último párrafo, porque también “yo me habría quedado mucho más tranquila si los políticos catalanes hubiesen pedido rigor y lupa”. Resulta cansino tener un amplio abanico de representantes con la vista puesta en la inmediatez de sus zapatos en lugar de en la construcción de un proyecto de convivencia y sensatez.

  4. No creo que se esté banalizando el terrorismo. Más bien creo que se está banalizando el discurso político, social, económico y jurídico en nuestra sociedad, no obstante el progreso material y cultural conseguido tras proclamarse la Constitución. Estoy esperando con verdadero interés la sentencia del ponente Sr.Marchena. Su firmeza, su sentido común y su sólida formación jurídica puede llevarle a ponderar la fijación definitiva del tipo delictivo cometido; pero con exquisita elegancia, calificará implícitamente de basura dialéctica inadmisible las alegaciones de los procesados, empezando por aquélla de la superioridad de la democracia frente a la ley, siguiendo por aquélla del cumplimiento del mandato popular y terminando por aquélla de la libertad de expresión sin violencia, faltaría más, por favor. Es una lección absolutamente necesaria que debe propinar la sentencia , y espero disfrutar con la verdad jurídica sabiamente expuesta.

    El nacionalismo vasco desplegó el terrorismo como factor de convicción de sus tesis. El nacionalismo catalán ha desplegado una sobreactuación jurídica manifiestamente ilegal y sencillamente estúpida y absurda, entendiendo que la banalización de su conducta y sus proclamas demagógicas son perfectamente asimilables por el resto del pueblo español, al que banaliza sin la menor consideración.

    No obstante, y como diría Lorca, debemos ser duros con las espigas y tiernos con las espuelas.

  5. Espectacular titular, sólo que no hay «JUDAS» sin «SEÑÓ».

    Busquemos, pues, al «SEÑÓ»…

    Después de Trump el Twitter se ha convertido en el Boletín Oficial del Imperio Unipolar (el BOIU). Loa chinos, por ejemplo, no practican el jibarismo occidental del «sucinto» de 140 caracteres.

    En este Imperio occidental no hay progresía sin Twitter, lo mismo que no hay Twitter sin la parafilia al pajarito de los «TWITSTAR»; los celebrities de calibre 140.

    Twitter se ha convertido en la versión menos metálica del cinturón de castidad medieval pues reduce «sucintamente» toda la realidad al orificio de talla unisex de 140 caracteres.

    Los platonistas nos metieron en la cueva, con tan mala fortuna que la promiscuidad de la sala oscura –engendrando utopías, feligresías, entuertos y felonías–, nos trajo muchas enfermedades parasexuales de transmisión ideológica hasta que alguien gritó por la trastienda que el órgano sexual no está en la entrepierna … ¡idiotas! …, sino en la cabeza.

    Con 140 caracteres no hay física, ni metafísica, pues no hay ontología que traspase el burka de las convicciones ciegas. ¿Acaso el carácter ontológicamente difuso de una metafísica marcadamente ideológica no socava la propia base empírica del Estado de Derecho?…

    ¿Puede un juez dirimir entre lo posible y lo imposible de una conjetura incapaz de discernir el bicarbonato del maleante, de la goma 2 del terrorista…? ¿Acaso hay racionalidad en una lógica que carece de referencia ontología alguna?…

    Hay precedentes y el 27 de septiembre de hace 44 años da buena fe de ello.

    Y aunque la ontología judicial es tan celestial como la santísima trinidad, un poco de decencia es siempre recomendable para mantener sana la fe en el misterio de la gaseosa racional, que siendo puro gas te la sirven en botella y te cobran por ella.

    ¿Y cómo es esto posible?… pues porque hay precedentes… Antes la llamaban «Pijuan», pero hoy la venden de garrafón, te la sirven en cubiletes y uno tiene que «tragársela» con la correcta precaución, pues hay gases y gases; nacionalistas, independentistas, oficialistas, institucionalistas, supremacistas, de devoción, de apelación, de instrucción y hasta de primera instancia, y sin instancia también, etc…

    En este jardín de plantas carnívoras todo es posible; hasta lo imposible.

    Esto es la España cañí; la intransitada del poder absoluto, donde los furgones de la benemérita contravienen las presunciones que haga falta, sin más preámbulos, ni directivas. ¡Hay precedentes!… tantos que los que conocen personalmente a los detenidos no salen de la estupefacción porque se los ha tragado el gran dragón.

    Vale que, en Cataluña, como en todas las galaxias, hay maleantes, transhumantes y mangantes, además de idiotas, e ilustres, de todo tipo y condición … pero coger a 7 individuos singulares y pasearlos por la justicia como prototipos de una clase malevolente, y terrorista, eso no es ciencia objetiva sino propaganda persuasiva del mal.

    Es la semiótica de lo demoníaco que amasa vectores tertulianos de «sentido» en la vieja cultura del aquelarre que convierte a la benemérita –y expertos adosados–, en los nuevos exorcistas a la caza y captura de los entes malignos; antes brujas y hoy terroristas.

    Pero aquí, en este jardín, la ciencia nunca cuajó y los dogmáticos de postín salen a diario de romería a la feria de la razón; luciendo sus caireles de plata fina, inundando tertulias y volando cometas wifi con todo tipo de convicciones, conveniencias, y radiofrecuencias; las posibles y las imposibles.

    No es la posibilidad lo que se aplaude en el circo español sino la oferta de panes plausibles a la espera de que el Tribunal Supremo haga posible la rebelión imposible para castigarla convenientemente ante la afición que clama expiación; pues en la sana crítica judicial, el fin justifica siempre los medios…, y el espectáculo puede más que la razón.

    No obstante, lo de los CDR parece un simple canapé aperitivo pues la oportuna diligencia contra aquellos no concuerda con la dilatada condescendencia a favor del Gran Pujol. La auténtica función viene más tarde, en octubre de pasión.

    Si una rebelión imposible es posible tampoco es imposible transformar el bicarbonato en pólvora; tanto para fuegos artificiales como para dinamitas de puertos y canales. Todo depende de la óptica con que se mire… Y nuestros ilustres nacionales, de alcurnia borbonapartista, siempre miran por el culo de la viuda amarilla, mientras que los independentistas miran lo propio por el de Vella d’Espiells, brut gran reserva.

    A tiempo revuelto ganancia de pescadores y aquí nadie sabe qué es lo que ve un juez, o un lugarteniente cuartelero. Máxime cuando la vicepresidenta constitucionalista Carmen Calvo exige permiso de alta mar para el rescate de náufragos indigentes… Visto lo visto tampoco resulta tan descabellado castigar a quien manipule bicarbonato sin permiso… sea maleante, idiota o traficante.

    «A mi me dicen que Torra lo sabía»… (titular de hoy de El confidencial; prensa de postín para la parroquia nacional) …¡Manda huevos de terroristas, periodistas, interrogadores, filtradores y lectores…!

    ¿Acaso la farandulización del terrorismo no constituye un grave atentado contra el art. 9.3 de la Constitución Española?… del «sentido común» ya ni hablamos.

    ¿Acaso el juez no tiene obligación de tomárselo en serio e investigar a fondo toda posibilidad imposible en grado de tentativa?… A fin de cuentas todo idiota puede verse como un potencial premio Nobel.

    Pues, no se, pero: ¿No fue eso lo que pasó con los titiriteros de Graná, que la Audiencia Nacional a la cárcel los mandó por ná?… ¿Qué importa que sea bicarbonato si la prueba de lo conveniente es aquí lo aparente?…
    Aquí el terrorismo no se banaliza, simplemente se utiliza porque el Estado no es de todos. Y hasta puede que la Benemérita haya actuado bien, pero otros han comercializado ya la piel de un presunto ogro para provecho propio y calentamiento del ambiente asustando a la población con fines más satánicos.

    Seamos serios, por una vez, y reconozcamos que lo que perjudica a la verdad es la carencia de realidad. No existe relación ninguna entre la verdad y el dogmatismo, mucho menos con la sobreactuación de nadie por mucha convicción intersubjetiva que tenga. Sin realidad, no hay verdad; sólo hay conveniencias.

    Ni la verdad, ni la realidad, es patrimonio de ningún juez, obispo, periodista, experto o demente iluminado. Sólo es patrimonio de lo real del mudo real.

    Así pues, EL SEÑOR DE LA VERDAD es la realidad del mundo real, y «Judas» es siempre el traidor de la verdad; el traidor del mundo real; EL ESPECULADOR DE LA CONVENIENCIA, sea juez, político, cura o simple peatón.

    Frente al desempleo, la injusticia, la pobreza infantil, el precariado, los saqueos bancarios, la corrupción, los indigentes, los megamillonarios, el mal funcionamiento de las instituciones, las guerras, las hambrunas, las canalladas mediáticas, etc, etc. el maniqueísmo ramplón servido en «sucintos» panfletos de 140 caracteres representa el auténtico JUDAISMO del siglo XXI.

    ¡Eppur si muove!

  6. Excelente artículo Miguel. Estoy de acuerdo en su totalidad, excepto por lo que respecta a estos 2 fragmentos:
    – la respuesta unánime del independentismo: Entiendo que te refieres a los ‘líderes políticos independentistas’, pues el independentismo, como movimiento, está compuesto por una gran diversidad de sensibilidades, y en muchos casos no estamos de acuerdo con lo que afirman nuestros representantes políticos (aunque les votemos…). Creo, sinceramente, que la mayoría del independentismo comparte tu planteamiento, dejemos que se investigue y a ver que resulta de todo ello. No obstante, como tu bien indicas
    – da más bien la impresión de que, si es por la causa independentista, una explosión, siempre que no haya muertos, es disculpable: Creo injusta, y hasta cierto punto ‘peligrosa’ esta afirmación. Más bien lo que hay es un miedo irremediable a perder votos por la parte de la gente cabreada que ve complots por todas partes (sobre todo si es un asiduo de twitter), y una exasperante incapacidad para tratarnos como personas adultas a las que se les puede contar la verdad, argumentando sus razonamientos. Es más cómodo hacer equilibrios para intentar tener contento a todo el mundo, sin darse cuenta que quizás al final dejarán de tener contenta a la parte más numerosa (que no vocifera ni tuitea sus opiniones)

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