Vivimos casi todos en el reino de las consecuencias. ¿Quiénes acceden al santuario de las causas? Hablamos, discutimos, querríamos saber que criterio defender, pero apenas vemos más que las sombras. La caverna donde se mueve la realidad está siempre en otro lugar. Así es imposible la democracia. La lluvia y el calor caen sobre nosotros, y nosotros apenas podemos hacer algo más que correr toldos y abrir paraguas.
No me siento bien informado. Sólo veo las consecuencias. No me siento ciudadano, sino víctima.
by Ernesto L. Mena
by Agustín Ruiz Robledo
by Maria Ppilar Larraona