Sí la presencia de ex presidentes del Gobierno y ex ministros en consejos de administración de empresas de valor estratégico y sistémico puede producirme perplejidad, no es tanto porque el político se asegure un futuro bien remunerado aprovechando su notoriedad, como por la inevitable sospecha de que el "fichaje" tiene una finalidad bien precisa: el uso de las influencias del ex político en los ámbitos de poder, a través de su partido y de la red de relaciones conseguidas en el ejercicio de su cargo, para la promoción de sus intereses. De alguna manera ello comporta la privatización de una "agenda" que sólo debería estar al servicio del país y de sus instituciones: si un ex presidente o un ex ministro se ofrecen a ser lobistas, sólo deberían serlo a favor del Estado, y no de una singular empresa, porque así revertiría a lo público lo que lo público ha generado.
Pero también hay "puertas giratorias" por abajo, en la sala de máquinas, y esas son las peores. Me refiero a las que "comunican" el trabajo mísero con el desempleo. Me refiero a la rotatividad entre esa doble dimensión de la miseria: el paro y el trabajo asalariado empobrecido y cada vez más parecido al sistema de jornales (salario por un día). Con un excedente de demanda de empleo de cuatro millones de parados y una flexibilidad laboral tan favorecida en las últimas reformas, el sector del trabajo no especialmente cualificado y no basado en relaciones de confianza sí que es una continua puerta giratoria aglomerada. No es por azar: es seguro que alguien sale beneficiado, pero en este caso no es quien entra y sale, sino quienes han encargado ese tipo de puerta.
Es normal que haya arriba y haya abajo. A mí no me inquieta demasiado que en lo más alto haya un heliopuerto y grifos de oro en el SPA. No es buen síntoma, pero no me parece que la principal urgencia de este país sea reprimir el lujo: el lujo no me produce envidia, ni quiero dedicar mi tiempo a poner pancartas contra él. Lo que de verdad me inquieta es que las plantas inferiores estén quedando vacías porque sus pobladores, mientras creían estar subiendo, han ido cayendo al vestíbulo donde las puertas de los ascensores están atrancadas y sólo funcionan las puertas giratorias hacia el frío.
by Ernesto L. Mena
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