Hacía tiempo que no discutía sobre la eutanasia. Pasiva, claro.
Aquella mujer tetrapléjica de Granada que pidió con insistencia ser desenchufada de un respirador sin el que no podía vivir. Se reunió el Comité Ético, el Consejo Consultivo, resolvió la Consejera, denunciaron asociaciones, archivó el Fiscal. De eso hace años, pero el problema todavía no lo tenemos resuelto. No creo (a diferencia de los militantes pro-eutanasia) que sea una cuestión de moral privada, sino de legislación, pero es complicado anteponer la vida como bien ideológico a la voluntad de su titular de no querer más una vida asistida a la que no puede poner término por sí sola. La compasión puede ser ciega, puede estar equivocada, pero ¿puede ser un delito? El problema está en que el vértigo que nos produce la disponibilidad de la vida, y la muerte como un acto programado, hace que muchos busquen la seguridad o el asidero de un reproche penal que, cuando tiene que aplicarse, siempre parece excesivo. Como si lo grave no fuese que alguien se quite la vida, sino que se le permita en público: "hazlo si quieres, pero no preguntes, porque tendré que decirte que no"...
Sólo me refiero al caso de quien ruega insistentemente que no le prolonguen la vida con un soporte vital que la condena a ver cómo transcurren los minutos, las horas, los días esperando desaparecer de una vez. Es duro, produce vértigo, pero no se puede imponer a nadie el deber de vivir con el fin de salvar ideológicamente el valor vida. Algo falla si tenemos que castigar a quien ayuda por compasión al enfermo que pide lúcidamente y con insistencia no seguir viviendo. Y no creo que sean mis convicciones, porque no dudo de que un suicidio es la más grave de las blasfemias, y me descubro ante los enfermos que soportan su sufrimiento encontrando un sentido a su brizna de existencia. Es una cuestión de elegir entre compasión o principios teóricos.
No deberias utilizar un nombre que no sea el tuyo, ya que lo que estas demostrando es que eres un cobarde y por cierto te voy a denunciar por ursurpacion de identidad y por poner tu parecer que probablemente no es el mismo que el de la persona a la que estas suplantando
Sólo si te llamas "Miguel de Esponera" (y estoy seguro de que no) tendrías derecho a decir lo que dices. No sabía yo que utilizar un seudónimo es usurpación de identidad. Y curioso es que me llame cobarde alguien que firma como anónimo. Si yo soy cobarde, tú eres un cobarde anónimo escondido en tu oscuridad.
Lo siento amigo, pero no me inquieta lo más mínimo tu denuncia. Hago cosas mucho peores que escribir con un seudónimo elegido a conciencia.
Tengo un amigo que se llama Miguel Esponera y se que no eres tú (El es de Madrid) ¿ Por que dices que has elegido ese nombre a conciencia?
"Probé a abrir un blog con un nombre inventado, o quizás un nombre recordado: un nombre prestado que me permitiera escribir desde la trastienda sin tener que dar explicaciones."
¿Eso no es de cobardes?…escribir desde la trastienda no es de valientes. Además, "anonimo" es el alias que empleo para pedir explicaciones. Con ese alias no suplanto la identidad de nadie ni le causo perjuicio a nadie, como tú si que haces. Si tú no das la cara yo tampoco la doy, no es de recibo.
"Sólo si te llamas "Miguel de Esponera" (y estoy seguro de que no)"… me gustaría saber por qué estás tan seguro.
Da la cara…si te atreves.
Ramón, dile a tu amigo que si se siente mal por la coincidencia entre un pseudónimo y su nombre real (lo que desde luego sería comprensible), me mande un correo a mi e-mail (migueldeesponera@gmail.com), y ya me entenderé con él. No tendré inconveniente en cambiar mi pseudónimo si me lo pide. Aunque está elegido por razones personales que a él le explicaré.
Anónimo, déjalo, no vas a enredarme. Quedamos en que yo soy un cobarde, y tú un valiente.
La escritura es un medio de divulgación de ideas, ideas que son algo propio de quien las escribe y que le involucran en el hecho. Escribir con seudónimo se hace con el fin de ocultar la identidad de quien escribe. Los motivos pueden ser variados y suelen ir desde que las circunstancias son tan especiales y comprometidas que aconsejan hacerlo así, hasta el intento de eludir responsabilidades.
Sin duda alguna, el escritor tiene el derecho de firmar con su nombre, con seudónimo o signo, o anónimamente. La Ley de propiedad intelectual española le ampara. Esto nos puede dar la idea de que lo importante es el texto y no el autor, pero a mi criterio el uso de seudónimo hace caer la calidad de lo escrito, por la falta de compromiso del autor que se ampara en un nombre falso para ocultar no sólo la identidad sino también en ocasiones la falta de autenticidad. Quienes se esconden con nombres falsos demuestran sus frustraciones, su falta de compromiso con sus lectores y sobre todo su temor a su falta de talento intelectual.
Curiosamente, el autor bajo seudónimo le exige a cualquiera que quiera participar en su debate, que se identifique con nombre y apellidos, calificándole de "cobarde anónimo escondido en tu oscuridad" si no lo hace. Curiosa forma de coartar la libertad de opinion de los demás pretendiendo exponerles a lo que él mismo es incapaz por su propia incapacidad. Y si así lo hicieran, el autor acallaría sus opiniones cin cualquiera de las armas que le proporciona el anonimato de su alias.
Sigue por este camino Miguel de Esponera.
Queda constancia de tu crítica al uso de un seudónimo y de que te gustaría más que firmase con nombre propio.
Me parece absolútamente legitimo el empleo un seudónimo por parte de cualquiera que hace públicas sus ideas y que pretenda darles un mínimo de legitimidad a las mismas. Con su uso ejerce su derecho irrenunciable e inalienable a utilizarlo. Como tú mejor que yo sabes, la ley de propiedad intelectual le ampara. Ya te he dado mi opinión al respecto, y no es más que eso, una simple opinión personal e intrascendente.
En tu caso particular, y dada la condición moral de la que haces alarde, se me hace más que necesario el uso de un alias.
El que uses seudónimo o tu propio nombre es asunto tuyo, y como tal tú sabrás que hacer al respecto. Lo que me gustaría es que usaras un seudónimo como "flor de otoño", "brisa del sur" o si quieres "Pablo Neruda". Lo que no me gusta es que emplees el que estás usando actualmente, dado que es el nombre de alguien real que puede o nó compartir tus ideas, perféctamente lícitas y respetables.
Dado lo poco común del apellido de tu alias, generas muchas dudas sobre la autoría de tus pasquines. Cada vez que tu cerebro eyacula uno de tus pensamientos y lo plasmas en este "blog", las salpicasuras maculan la reputación incólume de la persona a la que le has tomado prestado el nombre (o quizas apropiado indebidamente). Si hubieras elegido Fernandez o Pérez u otro apellido más común habría mucho lugar para dudas, pero el margen que dejas con ese apellido es mínimo.
Si tu cobardía intínseca te impide firmar con tu nombre, cambiate al menos el seudónimo.
PD firmo como anónimo porque tu no me dejas otra opción
El tema me resulta curioso. Naturalmente, no me importa en absoluto parecerle cobarde a cualquiera que pase por aquí, pero sí me inquieta que alguien se sienta molesto por verse inevitablemente identificado con opiniones que no comparte.
No me siento obligado a cambiar un seudónimo elegido a conciencia por razones personales, dentro del cual me siento a gusto, por el solo hecho de que alguien diga que conoce a un amigo que se llama igual. Pero si alguien que efectivamente se llame así me lo pide, entonces sí lo haría, porque tienes razón en que no es un apellido común. Por eso no desprecio tus mensajes, pueden estar basadas en una experiencia real, y no en una ocurrencia con tildes exageradas. El procedimiento es muy fácil, y te lo repito. Di a tu amigo que se dirija a mí en la dirección que te he dado antes, y que te repito: migueldeesponera@gmail.com , y te aseguro que me entenderé bien con él. Eso sí me importa. Pero si no lo hace él, no me dejaré enredar en esta cuestión.
Yo soy completamente contrario a la eutanasia. La vida la dá Dios e igualmente es El único que puede decidir cuando debemos reunirnos con El.
Este es mi humilde parecer. Tanto mi vida diaria como mi trabajo se rigen por mis fuertes convicciones religiosas y mi ferviente catolicismo.
Anónimo/seudónimo
Es cierto que hay un fundamento religioso para defender la indisponibilidad de la vida. No es un parecer "humilde", sino que está anclado en toda una historia del pensamiento. Otra cosa es qué hacer con el hijo o el hermano que, por compasión, ayudan a morir a la madre que se lo pide todos los días por favor. Estoy seguro de que tú no los meterías en la cárcel, ni saldrías con pancartas para que lo encarcelaran. Y desde luego creo que no por ello dejarías de ser un ferviente católico. Ni siquiera dejarías de serlo si, a continuación, consuelas a ese hijo o a ese hermano que habrán sufrido más que nadie la muerte de su madre o de su hermana, porque para ellos la vida que han ayudado a extinguirse no era un bien moral ideológico ni un principio dogmático, sino una persona querida. Pongo por caso.