Me daba pereza pensar en lo de Chipre, pero apenas me he descuidado un poco, me he dado cuenta del enorme desatino que supone, al menos a primera vista.
Supone que los Bancos, para poder pagar a otros acreedores (imagino que muy fuertes), van a dejar de pagar en parte a otros acreedores, llamados ahorradores.
Según los principios clásicos del Derecho, una de las obligaciones más blindadas es la de devolver los depósitos (no sólo de dinero, pero también), porque en realidad es algo más que un crédito: lo depositado es propiedad del depositante, y no hay excusas para devolver. De hecho, no pagar una deuda es un simple incumplimiento civil, pero no restituir un depósito se acerca al clásico delito de apropiación indebida. Aunque ya sé que la apropiación no ha sido decidida por los depositarios (bancos) sino por sus acreedores fuertes. Todo un desatino, eso sí, para salvar el euro.
Supongo que los ciudadanos tienen que pagar las facturas de sus Estados, aunque sea a través de estos extrañísimos mecanismos. Supongo que la responsabilidad es tan difusa, que no es fácil exigir la factura a los verdaderos culpables: los que jugaron a la ruleta sobrepasando todos los límites. Los que ganaron veinte veces seguidas, y a la vigésimoprimera, perdieron. Está bien, parece que no hay más remedio. Pero entonces, ¿por qué se carga la factura sobre los ahorradores, y no con impuestos según la riqueza de cada cual? ¿Por qué el que guarda dinero en un banco nacional sí, y el que lo tiene en acciones, valores, o propiedades no?
Ok, puede ser porque la necesidad de liquidez es inmediata. Pero aún así, ¿por qué esas detracciones a los depósitos no cuentan como impuestos pagados (anticipos), exigiendo impuestos al resto de ciudadanos que tienen otras formas de riqueza?
Ni lo entiendo ni, desde luego, han hecho el más mínimo esfuerzo por explicarlo. Quizás por eso esté diciendo alguna tontería.
Los periódicos y los analistas se preocupan hoy de que no está claro que la medida sea aprobada en el Parlamento de Chipre. Y de que la gente ha salido a protestar. Pero, ¿qué esperaban? Yo me alegro de que cada una de estas acciones provoquen la reacción de la gente, para que quienes toman semejantes decisiones sepan que el pueblo no es tan moldeable como la mantequilla.
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