Yo lo veo así:
Un juez de la Audiencia Nacional dicta un auto en el que con argumentos convincentes y contundentes archiva una causa que considera completamente infundada, exagerada e histriónica, reprendiendo a la policía por inflar unos hechos (manifestación de protesta) a fin de elevarlos al rango de "atentado contra las instituciones democráticas". El auto, por la solución a que llega, pone en entredicho un conjunto de declaraciones muy probablemente concertadas (el halago a la mayoría silenciosa, el reproche a la mala imagen de España que suponen las manifestaciones de protesta, la sugerencia de "modular" el derecho de manifestación, la afirmación de que lo sucedido el 25S era lo más grave ocurrido en España desde el 23-F...), y por tanto desautoriza la estrategia de comunicación del PP sobre tales hechos.
La respuesta de un portavoz no es improvisada: "pijo ácrata", porque en el auto se alude al "convenido descrédito de la denominada clase política". La intención es que hablemos del Juez, de su exceso retórico, y no del auto. Que miremos al dedo que señala a luna, y no a la luna. Y el mensaje recorre los diarios, radios y televisiones "afectas", incluidas las públicas.
Dos palabras: "pijo", para que la izquierda no se entusiasme con el auto, dictado por un pijo. "Ácrata", para que los pijos no tengan la tentación de pensar que el Juez tiene razón, y para asociarlo sibilinamente al componente caótico y violento que suele parasitar toda manifestación importante (aunque sea un componente a veces confundido con policías enmascarados encargados de precipitar los acontecimientos).
¡Para colmo, piden al Consejo General del Poder Judicial que reprenda al Juez!
La independencia judicial tiene que curtirse, en estos tiempos, frente a las campañas mediáticas que pueden levantarse contra un juez que dicte un auto desatento a las solicitaciones del poder. Esa sí que es una amenaza a la independencia, y no el modo de designación de los miembros del "convenidamente decadente" Consejo General del Poder Judicial.
Me parecía propio de alguien con lengua viperina, pero igual tienes razón, que no es algo tan improvisado.
bss
Leerte es un balsamo para mi destrozado cerebro y mi maltrecho corazón TE LO JURO