Que llueva.

Bastaría una tarde de lluvia para que este sol de verano viejísimo se convirtiera en luz limpia de otoño. Bastaría una noche de viento y una alfombra de hojas caídas para que todo estuviera en su sitio. Que alguien abra la ventana, que pase la primera borrasca, que llueva, antes de que el invierno aceche.

4 Respuestas

  1. No sé de donde me proviene esta adoración por el sol y los colores que irradian de su manto. Si de mí dependiese le pediría una tregua al otoño, o que llueva en las noches y de día luzca el sol.
    Tienes suerte que no dependa de mí 😉
    Saludos

  2. Veo que te gusta el otoño. Que llueva pues.

    Besos.

  3. leo

    ¡Y qué falta hace! Tengo ganas ya de mirarle la cara a ese otoño.
    Saludos, Miguel.

  4. Me apasiona el verano: pero el verano verdadero, no el reviejo que no acaba de irse a mediados de octubre. Me encanta el sol de otoño, pero para que sea sol de otoño tiene que llover un día a cántaros, arrasar estos restos decrépitos de verano, barrer el aire: así, el siguiente sol ya sí sería celebrado.

    Saludos a las tres buenas amigas.

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