Me produce tristeza oír a ciudadanos de a pie, estos terribles días que deberían ser de arrepentimiento, repetir en sus conversaciones los mensajes tan inteligentemente lanzados por los pro-nucleares en periódicos y radios: los oigo hablar, como lacayos inconscientes, de la escasez de otras fuentes de energía, de la seguridad incluso en condiciones extremas, de la limpieza ambiental, de la contaminación del petróleo, del riesgo de ruptura de presas hidráulicas, de lo cara que resulta la energía fotovoltáica,.
Me produce tristeza el discurso titubeante del PSOE, que no sabe si volver a sus principios (reticencias a la energía nuclear), o si seguir avanzando hacia sus finales (aceptación resignada por razones económicas).
Me produce infinita desazón el mensaje con el que el PP ha querido "posicionarse": no construirán más centrales "si los técnicos no las avalan". Ahí queda eso. ¿Es que alguna vez se ha construida alguna contra dictámenes técnicos? ¿Cómo puede tenerse tanta cara dura?
Las centrales nucleares son seguras incluso en condiciones extremas, y casi nunca pasa nada. ¡No faltaba más! Daños pequeños exigen una protección básica y general, pero daños enormes requieren el mayor esfuerzo por evitarlos. Ninguna generación tiene derecho a poner tan gravemente en peligro a tantas generaciones que están por venir. La cuota de riesgo que podemos aceptar legítimamente no puede tener un radio espacial y temporal tan extraordinariamente grande. Y si la seguridad no puede ser total (terremotos, abandono por caída de un régimen -Chernóbil-, ataques bélicos o terroristas, etc.), es legítimo plantearse una renuncia a una fuente de energía tan definitivamente arriesgada, por más que sea más barata que otras. Como también es legítimo plantearse, a medio plazo, la renuncia a un tipo de vida que necesita tanta energía.
En 25 años henos sufrido, que sepamos, dos accidentes nucleares muy graves. ¿Será Fukushima el último accidente nuclear de la historia de la humanidad? ¿Hay algo que pueda ayudarnos a pensar que en los próximos cien años no habrá más? ¿Y en los próximos quinientos años? Ah, eso queda ya muy lejos. Tan lejos como Japón. Estemos tranquilos, que los técnicos ya cuidan de nosotros y de nuestros hijos..
siempre encontramos argumentos para seguir pensando como pensamos, por más que nos pongan pruebas en las narices, las interpretamos según nos conviene para no tener mucho conflicto con nuetra ideología.
Tras este desastre nuclear, nadie dará su brazo a torcer.
un saludo.
Confio y espero que el accidente de Fukushima marque un antes y un despues de las centrales nucleares,por dos motivos de peso,como que los accidentes más improbables, al final pasan y como que no haya consenso en cuanto que hacer con los residuos radiactivos.
Sinceramente tenemos necesidad de exponer nuestro planeta y toda su biodiversidad a este peligro???
No se puede consentir que perdamos el jucio en pos de ideologias e intereses economicos.
Apostemos por energias limpias y su consumo razonable, seamos coherentes.
A mi tb me produce mucha tristeza ver,estos últimos dias, debates televisivos en los que los pronucleares intenta defender lo indefendible.
Un saludo.