Trapero

Aunque sólo podamos entrar de vez en cuando en el streaming para "asistir" al juicio que se celebra en la Sala Segunda del Tribunal Supremo, lo cierto es que fue una magnífica decisión la de retransmitirlo, aunque sólo sea porque eso hace del juicio no sólo un acto necesario para que el tribunal dilucide las responsabilidades penales, sino también un elemento de extraordinario valor para ilustrar y mejorar el debate social sobre lo ocurrido en Cataluña en el otoño de 2017.

La sesión del jueves trajo uno de los momentos más esperados: la declaración, como testigo, del acusado en otra causa como autor de un delito de rebelión, Josep Lluís Trapero, el mando policial supremo de los Mossos d'Esquadra.

Editoriales y comentaristas destacan hoy cómo Trapero "señala" al Govern, al haberle advertido de los riesgos para el orden público por la jornada del 1-O, al haberle comunicado que los Mossos "no quebrantarían la Constitución", al calificar de "irresponsables" unas declaraciones de Forn sobre cuál sería la actitud de los Mossos, e incluso al haber dispuesto los medios y diseñado un plan para la detención de Puigdemont el 27-O en caso de que la autoridad judicial lo requiriera. Podemos leer hoy en los diarios que  Trapero ha "cambiado el guión" de las defensas, ha "apuntillado" a Puigdemont, y ha resultado "letal" para los intereses de los políticos acusados.

Mi impresión -creo que no "voluntarista"- es completamente diferente. La declaración de Trapero, en calidad de testigo, y por tanto con obligación de decir la verdad (una vez que decidió contestar a las preguntas, pese a poder negarse por su condición de imputado en otro procedimiento) no sólo resultó favorable para sí mismo, sino también para los acusados que ahora se están juzgando. Lo que les "reprochó" en su declaración es lo que todo el mundo sabe ya y ellos mismos, en gran medida tienen reconocido: que "siguieron adelante" pese a saber que se trataba de una iniciativa abiertamente inconstitucional, y pese a la evidencia de que una jornada como la proyectada el 1-O podría ocasionar alteraciones del orden público e incidentes. ¿Alguien puede poner eso en duda?

¿Qué fue, entonces, lo verdaderamente "novedoso" de la declaración de Trapero? Pues sencillamente que los políticos sabían que no tenían a su disposición a los Mossos (un cuerpo armado) porque éstos les comunicaron que no iban a quebrantar la Constitución y que obedecerían a las autoridades judiciales, al estar constituidas como "policía judicial". Una vez que el órgano judicial les encomendó funciones, los Mossos, aunque dependen "orgánicamente" del Govern, estaban a disposición y dependían "funcionalmente" del Juez, y el Govern carecía de facultades para "interferir" en su cometido. Así lo comunicó Trapero a Forn y al mismo Puigdemont, quienes por cierto aceptaron, según el testigo Trapero, esa situación: "hagan lo que tengan que hacer", es decir, cumplan ustedes la ley. Con reiteración dijo Trapero que el Conseller Forn no hizo indicaciones sobre el modo de cumplir las órdenes judiciales, y que separó la acción política (mantener la convocatoria del referéndum) de la acción policial (atribuida a los Mossos como cuerpo al servicio del Juez).

Es este un argumento difícilmente mejorable para las defensas, puesto que desmontan la sugerencia de los escritos de acusación de que los acusados como rebeldes tenían el control de un cuerpo armado. Si lo que dijo Trapero es verdad (y estaba obligado a decir la verdad), no era así: los acusados no tenían el control de los Mossos, sino que su decisión política tenía "enfrente" a los Mossos y lo aceptaban.

No creo, sinceramente, que las defensas salieran ayer contrariadas. Probablemente fue su mejor sesión. El abogado Melero (cuyos interrogatorios son mejores que muchos célebres que hemos visto en películas protagonizadas por grandes actores) no eludió en absoluto las preguntas cuyas respuestas previsiblemente irían en la línea de separar lo político (Forn) de lo policial (Mossos). Creo que buscaba dejar claro que el Govern sabía, era consciente y aceptaba que la policía autonómica no iba a ser en absoluto un instrumento al servicio de su decisión política. Lo que por otra parte permitirá destacar que, en el cumplimiento de las órdenes judiciales, los Mossos hicieron no lo que les ordenaron los políticos, interfiriendo, sino quizás lo que nos habría gustado que hicieran los otros cuerpos policiales que estaban, en el mismo plano, al servicio de las mismas órdenes judiciales, y que cumplieron de manera diferente. Esto último (es decir, si la incautación de unas cuantas urnas y el cierre de unos cuantos colegios en un pseudo-referendum sin ningún valor en el que había un censo universal que permitía votar en cualquier colegio, merecía o no una carga policial contra ciudadanos que no estaban cometiendo delito) queda para la opinión de cada uno, y no era lo que estaba dilucidándose ayer.

En resumen: las manifestaciones de Trapero podrían considerarse "letales" para el Govern si lo de ayer hubiese sido una comparecencia parlamentaria. Pero al tratarse de un juicio en el que se dilucida si los acusados protagonizaron y lideraron un delito de rebelión, es decir, un "alzamiento violento", constituyeron una importantísima prueba de descargo.

5 Respuestas

  1. Curioso!…. mi convicción coincide, en gran parte, con la suya.

    Aunque no en su totalidad, of course!

    Para empezar la templanza de Trapero emula a la de Ulises pues su declaración además de ser de lo más inteligente que se haya visto por streaming en este País se sitúa justo en el punto más débil y oscuro que dejaron ver las declaraciones de Zoido, Prieto y demás compañía del Orden Público de barcos pseudo-constitucionales. Es decir el de la «falta de colaboración» de los mossos en la operación «del binomio», tan improvisada y desastrosa que deja ver que su diseño quería forzar la situación en la que estamos.

    En su declaración Trapero marcó equidistancias entre los cánticos de sirena del Govern y los aullidos de soberbia del Gobierno, se ató al mástil de la Constitución Española y surcó la tormenta de manera ejemplar dirigiendo a los mossos con templanza.

    Hasta tuvo prevista la detención de Puigdemont «… pero ningún juez ordenó la detención… »…¡Qué maestría!…¡Qué dominio del territorio!

    El problema es que la inteligencia se castiga en un país sobrecargado de emociones que ni es uno, ni es grande, ni conoce la libertad.

    ¡Ya veremos!

    ¡Eppur si muove!

  2. Con todos mi respetos, la verdad jurídica distará mucho en este complejo caso, de parecerse a la Verdad, como una sombra a su figura. La Justicia en boca de una Magistrada dijo un 27 de septiembre: “Impedir, hasta el 1 de octubre, la utilización de locales o edificios públicos -o de aquéllos en los que se preste cualquier tipo de servicio público- para la preparación de la celebración del referéndum.En esa fecha, se impedirá su apertura, procediendo, en su caso, al cierre de todos aquéllos que hubieran llegado a aperturarse”
    Además dijo: “Requisar todo el material relacionado con el referéndum que, en su caso, estuviera en disposición de introducirse, o fuera hallado dentro de dichos locales o edificios, incluyendo los ordenadores que constituyan el objeto o instrumento de los delitos que se investigan. .- Asimismo, se impedirá la actividad y/o apertura de
    establecimientos públicos que se utilicen como infraestructura logística y/o de cálculo: centros de procesamiento, de recepción, de recuento o de gestión de votos”.
    Pueda ser que la Justicia en este caso pensó en un mundo ficticio, tal como aquel tan presente esos días en el imaginario de otros, el de la República inexistente. Si la Justicia es irreal, es decir es imposible de cumplir, un Estado de Derecho colapsa y decae en Estado Ilícito.
    Lo relevante para mí no es si Trapero estuvo el otro día bien o mal, si su declaración benefició a este o aquel, es, si pudo o no, aplicar la Ley en la irrealidad del 1 de octubre o si por contra, desistió y pensó en otras cosas, como por ejemplo el mundo real de los pajaritos preñados

  3. La sentencia del Proces catalán, como es lógico, ya está decidida con la declaración de José Luis (a) Josep Lluis Trapero. La pasmosa prueba documental y testifical que ya consta en autos, no puede ser desvirtuada en lo más mínimo con el testimonio de un testigo que, como diría el genial y conspícuo Magistrado José Ricardo de Prada de Mariano Rajoy, CARECE DE LA MENOR CREDIBILIDAD, no obstante estar obligado a decir verdad . Porque vamos a ver, querid@s contertulianenses: Es absurdo pensar que Trapero iba a reconocer ante el Tribunal Supremo que participó en una estrategia de oposición violenta o intimidatoria de las muchedumbres para que el referendum se celebrara y para que la Policía y Guardia Civil no pudieran evitarlo. Esa declaración hubiera implicado la autoconfesión de un delito de bigamia, digo, perdón, de rebelión. Pero hombre, por dios, ¿ estamos locos, cómo Rajoy iba a reconocer que existió una Caja B, estamos alelados o qué, en ?

    Trapero no tiene la menor credibilidad, y el Supremo va a razonar en su sentencia, con esa brillantez dialéctica que le caracteriza, que cuando existe una muchedumbre y a su frente una línea de agentes de orden público, sólo caben tres hipótesis: o la muchedumbre ataca o presiona a los agentes, o los agentes atacan o presionan a la muchedumbre, o muchedumbre y agentes disfrutan de una jornada dialécticamente amistosa. En este asunto, como mínimo, está probado que los Mossos no atacaron a la muchedumbre , ni cerraron colegios, ni impidieron votaciones. Y que Policia y Guardia Civil no arrasaron a muchedumbres en toda Cataluña, ni pudieron ayudar a una Secretaria judicial, ni pudieron evitar votaciones ni pudieron desembarazarse de esos que te empujan violentamente con las manos en alto, usando lo que se llama “ técnica del pavo real”.

    La declaración de Trapero es interesada y poco creible y, por tanto, perjudicial para los encausados, aunque formalmente parezca que ataca a la Generalitat y a sus DUIstas.

    Triunfará la tesis josericardiense, ya lo vereis. Y, asimismo, el principìo penal de subsidiariedad ( primero la política y luego los Juzgados ), será también inaplicado: una cosa llamada Quim Torra no puede proclamar una República, faltaría Más. Si la proclama, directo al Juzgado, pues, en caso contrario, miles de turistas dejarían de venir a Benidorm y volveríamos a la España de la leyenda negra.

  4. Por cierto, comensales mios, el Presidente del Parlament catalán se desplazó ayer a Madrid para afirmar literalmente que el juicio en el Supremo es una “farsa”, es decir, y por definición, un enredo, una patraña, una tramoya, una parodia dirigida a un fin ilícito, que sería condenar a los republicanos por un delito inexistente.

    Esa afirmación, destinada entre otros fines a lesionar la dignidad de los miembros del Tribunal, que estarían prestándose dolosamente y como fantoches a la comedia, cual unos Alfredos Landas cualquiera, constituye, como mínimo, y por ahora, un delito de injurias.

    Como miembro de la Federación de Asociaciones Pro Merluza Fresca, Anti Adobo Irreflexivo, Pro Diálogo Predeterminado, Anti Crispación no Crispante y Prodebatisasión no Televisual, invito al Tribunal a que persiga al President en su calidad de majadero de manual por su injuria, con la agravante de desplazamiento expreso a Madrid.

    O aplicamos el Derecho siempre, o no.

    • Amigo Anónimo su ilustre lengua describe dos realidades tipográficas; la del negro sobre blanco y la del blanco que no quedó manchado por el negro.

      La primera describe la épica del poeta que canta a su estómago satisfecho y hace del intestino neurona para digerir al mundo con la misma ciencia del león cuando caza al antílope.

      No solo es divertido que usted hable en términos de «comensales míos», también delata sus gases analíticos.

      La diferencia es, no obstante, que las neuronas del león no cantan al poderío de su estómago, mientras que usted hace del poder intestinal su pasión flamenca.

      Una vez entrevisté a un conocido escultor religioso de Jaén que esculpía esculturas tan estilizadas que carecen de estómago (de esto hace ya casi 30 años y no recuerdo ahora su nombre). Me resultó curioso y le pregunté por qué y sin mayor intermedio me respondió que el estómago es la raíz de nuestros males…

      La segunda realidad es la que existe en el blanco que no quedó manchado por el negro de un estómago agradecido.

      Y ahí es donde podemos encontrar razones sin devociones.

      Un buen ejemplo de ello es el artículo de Javier Pérez Royo:

      https://www.eldiario.es/zonacritica/juega-Ministerio-Fiscal_6_878122193.html

      ¡Eppur si muove!

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