Encuestas, declaraciones sobre encuestas. Soria (pero no la provincia), Barberá o Griñán. Pleno o comisión, imputación o investigación,v aforamiento. Gobierno, oposición, abstención o pacto. Referendum, barones territoriales, competencias de un Parlamento, nuevas elecciones. Corrupción, y tú más. Escaños, sillones, responsabilidades. De esto es de lo que trata la conversación política en España desde hace meses. Trata de cosas fáciles, de las que cualquiera puede opinar, como en el fútbol: basta con tener preferencias, con activar las filias y las fobias. Fáciles, y también inanes: cuando la política genera una conversación circular, ensimismada y autorreferencial (es decir, cuando la política trata sobre la política misma), es bien fácil entrar en el terreno de la inanidad: una inanidad "interesante" porque hace discutir (incluso con encendida pasión), alimenta tertulias radiofónicas y columnas periodísticas, pero se agota en sí misma y es campo fértil para la estupidez de invernadero.
Es sólo un ejemplo de inanidad: Rivera saca pecho y se atribuye el mérito de haber conseguido nada más y nada menos que el abandono por Rita Barberá de su militancia en el PP. Digo que es inanidad porque por vistoso que resulte el asunto, pónganse a pensar lo poco que importa a un ciudadano que una senadora siga siendo senadora pero abandone el partido político en el que militaba.
Está bien que se hable de todo esto, de la corrupción, de la crisis de un partido, de los códigos éticos del otro, de las declaraciones de unos sobre las declaraciones de otros, pero ese bucle circular alejado de las decisiones sobre vivienda, refugiados, salario mínimo, TTIP, impuestos, educación, despido, desregulación, dependencia o pobreza, genera alienación y condena a la sociedad a transitar por espejismos. Digo "alienación" porque, tan entusiasmados estamos con el debate partidista, que acabamos creyendo que la victoria del partido al que se prefiere supone en sí mismo un bien moral, con independencia de lo que luego ocurra; y digo "espejismos" porque acabamos situándonos ante cualquier asunto relevante de la realidad (un atentado, una subida del empleo, las listas de espera de atención sanitaria, o incluso una guerra) en una falsa perspectiva más atenta a lo que conviene al discurso de un partido que a la realidad misma.
Uno de los efectos negativos de la corrupción es que resulta tan llamativo que posterga a un segundo plano lo importante, es decir, la política como acción sobre la realidad. Yo estoy harto del vedettismo de la corrupción. Es importante que los cargos públicos sean honestos y ejemplares, no faltaba más, y es bueno que funcionen los controles políticos, administrativos y judiciales; pero mientras nos ocupamos con ardor de si una señora sigue o no en su escaño, o de si alguien está imputado o sólo investigado, hay decisiones que se toman y otras que no se toman, hay servicios públicos que se deterioran y objetivos ambiciosos que no se persiguen.¿Se imaginan un Instituto cuyos profesores pasasen la mayoría de la clase hablando de lo que se discutió en el claustro, de quién puede ser el próximo director, de si la distribución horaria se hizo mal para favorecer los intereses personales de algunos profesores, o del régimen de sustituciones de corta duración? Es como si los futbolistas de un club dedicasen más tiempo en los entrenamientos a preparar las declaraciones de después del partido que de ensayar jugadas de ataque y de defensa.
Cuando los políticos hablan más de lo suyo que de lo nuestro, mal asunto. Pero aún sería peor que nosotros mismos nos interesásemos más de lo suyo que de lo nuestro,
Es muy recurrente la alegación de que los políticos nos toman por idiotas, y los ciudadanos no somos idiotas, claro está, o al menos no mayoritariamente.
Lo que ocurre y me preocupa (como diría un tertuliano o un diputado rutinario ) es que a pesar del magnífico progreso de España en los años constitrucionales, siempre hay un grupo de presión que crea gravísimos problemas con una absoluta caradura y banalización argumental : terrorismo y asesinato en nombre de no se sabe bien qué pueblo vasco real, independentismo catalán sostenido en una basura dialéctica aparentemente democrática y legal, y supuesta división ideológica en derecha e izquierda política, de manera que la derecha sería la causante de los males de este mundo y la izquierda la portadora indeleble de los valores morales.
Fruto de ello han sido casi 900 muertos, incluida aquella etarra a la que mató su compañero delante de su hijo porque no era suficientemente etarra, y un etarra que quiere ser Lendakari para legislar sobre el bien común. Un bisojo profesor catalán que dice que la democracia está basada en las urnas, y no en la ley. Y un Secretario de un partido socialista cuyo producto de venta básico y prácticamente único es que la derecha es de derechas, y por tanto inmoral y corrupta, en manera tal, que dos Presidentes de Andalucía han malversado prevaricadoramente ciento dieciseis mil millones de pesetas, repito, 116.000 millones de pesetas de la gente, pero no se han llevado ni un duro a su casa, ni uno. Tiene riles la cosa, querido Cantinflas.
Una vez constatados los dos graves problemas de corrupción y nacionalismo separatista, el resto de problemas de España se supone que deben resolverlos con honestidad y sin demagogia los partidos políticos, pero el poder, hoy en España, no puede conquistarse sin demagogia, y esa demagogia, a su vez, es la que ha facilitado y facilita la corrupción. Esta es mi modesta opinión definitiva.
Creo que, junto a los controles legales y democráticos, debe haber organizaciones potentes en la sociedad civil ajenas a los partidos políticos, integradas por gente independiente, con fuerte formación y prestigio en ámbitos esenciales de la vida del pais, y que de vez en cuando emitieran su opinión. Importantísimo y por ahora inexistentes. Hay que luchar por ellas.
En suma: entre otras, la pregunta de si la política económica de los últimos cinco años ha sido o no positiva no puede hacerse al PP, porque sería parte interesada, ni al PSOE, porque su contestación sería genéticamente negativa, ni a Podemos, porque es una mera performance o juerga coleteral, ni a Ciudadanos, porque depende de dónde tenga instalada la bisagra.
Reconquisataba yo Andalusía pa los maraviyosos moros, leshe ya, qué me gusta mi Córdoba.
Queridos blogueritienses:
La verdad es que me gusta descubrir que hay personas más inteligentes que yo, pues no quiero caer en petulancia o narcisismo.
El Ibex y el CNI, de común acuerdo, han promocionado a un majadero de manual como Pedro Sánchez, programándole para que vendiera el producto de que Rajoy es un indecente y que el PSOE jamás llegará a un acuerdo con la derecha, porque la derecha es de derechas. Ese mensaje es banal en una realidad multipartidista y enoja a las criaturas, y va destinado a que el PP alcance mayorías cada vez más gruesas y a que el PSOE se hunda por varios años, pues, paradójicamente, esa realidad, traducida a términos económicos, impone acuerdos PP con PSOE, a lo que se niega el tal Sánchez.
Resulta así que:
a) un majadero llegará a mártir y a héroe socialdemócrata diciéndole a la gente que su partido PSOE pecó ignominiosamente facilitando un gobierno de la derecha .
b) El PSOE fusilará a su Pedro porque, aún siendo de izquierdas, hay que pactar con la derecha, porque la derecha tiene muy mala leche y nunca saca mayoría absoluta, poniendo a todo el mundo en un compromiso.
c) El PSOE y Podemos se batirán los próximos ocho o doce años para dilucidar quién mandará en la supuesta izquierda, y si un izquierdista que apoya a la derecha es o no de izquierdas.
d) El PP gobernará los próximos ocho o doce años, porque , entre otros motivos patrióticos, de haber ganado el PSOE los envites electorales, irían al paro centenares de periodistas y cerrarían diarios digitales y algún periódico de papel, por no tener un PP que llevarse a la boca ni poder desarrollar su sentido crítico. Y ya vale de parados.
Si alguien tan inteligente programa que haya derecha para rato (no Rato ), el próximo envite banal es Susana Diaz, dios nos coja confesados.
En fin, por los comentarios anteriores parece que no, que mejor no cambiamos de tema. Que de los problemas del día a día ("vivienda, refugiados, salario mínimo, TTIP, impuestos, educación, despido, desregulación, dependencia o pobreza"), mejor no hablamos. No tienen público y parece que aburren.
Para resolver los problemas del dia a dia lo mejor no es un Gobierno en funciones durante cinco años por imposibilidad de pactos entre políticos de escasa calidad. Con Gobierno estable cambiaremos de tema.